Las obras de remodelación de la Puerta Toledo de Ciudad Real han sacado a la luz cuatro bustos labrados en la bóveda del monumento y uno de ellos podría tratarse del rey fundador de la ciudad, Alfonso X El Sabio.
Así lo ha anunciado la alcaldesa de Ciudad Real, Rosa Romero, con motivo de la visita a las obras de este monumento, quien ha afirmado que, de confirmarse estos hallazgos, serían unos descubrimientos arqueológicos de «mucha importancia» y que despertarán el interés de la comunidad científica e investigadora y de la «sociedad civil en general».
El descubrimiento consiste en la aparición de cuatro bustos esculpidos en las dos claves de las bóvedas que cubren el paso por el interior de la puerta y que pertenecen al momento constructivo original.
Entre estos hallazgos, también se encuentran restos de enlucido y de dibujo de despiece de sillería en azul cobalto y la existencia de una planta superior abovedada hoy desaparecida, que albergaría la maquinaria del rastrillo y el cuerpo de guardia, y que al parecer estaría en uso hasta los primeros años del siglo XIX.
Los restauradores han advertido que estos bustos «aún están en fase de estudio» pero que, de confirmarse, apuntarían a que la puerta se construyó en el reinado de Alfonso X El Sabio en una «única fase» y no en el mandato de Alfonso XI, en el siglo XIV, como apuntan algunos historiadores.
Los arqueólogos han reconocido que en un primer estudio no se percataron de estas imágenes hasta que levantaron los andamios y descubrieron los bustos, uno de ellos portaba una corona y otro un capiello, una especie de gorro de la época, que podría ser del infante de la Cerda, hermano del monarca y que siempre se ha ligado a la fundación de Vila-Real, nombre que se le dio en sus orígenes a la actual capital.
La regidora ha agradecido a la Fundación Caja Madrid y su dirección de Patrimonio la apuesta que en su día hicieron por la ciudad en rehabilitar el «emblema» de Ciudad Real.
Las obras de rehabilitación se enmarcan dentro de la segunda fase por remodelar el entorno del monumento en el que se ha invertido 1.300.000 euros, financiados en un 50 por 100 por la Fundación Caja Madrid.