El Festival de Teatro Clásico de Almagro loó el cabal compromiso de José Sacristán con el mundo de las artes escénicas, concediéndole el 17º Premio Corral de Comedias, un premio que reconoce el largo itinerario recorrido por el actor durante sus últimos 57 años de profesión.

Un emocionado José Sacristán recibió de manos del secretario de Estado de Cultura, Fernando Benzo, y de la directora del Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro, Natalia Menéndez, un galardón que como reconoció el actor, supone un antes y un después a nivel personal.

[ze_summary text=»Es un antes y un después tan gozoso, tan cojonudo…»]Es un antes y un después tan gozoso, tan cojonudo…[/ze_summary] 

«No voy a olvidar jamás este reconocimiento, lo digo; es un antes y un después tan gozoso y formidable, tan cojonudo, como el hecho de que voy a poder seguir jugando como el niño que siempre fui y que quiso ser actor».

José Sacristán, que este año cumple 80 años,tomó las palabras de Don Quijote para asegurar que si pudiera sacar su corazón y ponerlo ante los espectadores, estos verían en el todo su agradecimiento.

Descubrió un sombrero y supo que quería ser actor

Ante un Teatro Municipal abarrotado de público, que sirvió de lugar alternativo para la entrega del premio, después de que la lluvia impediera que el actor lo recibiera como estaba previsto sobre las tablas del Corral de Comedias, Sacristán recordó cómo aquel niño de su Chinchón natal que descubrió en la antigua cámara de su casa un sombrero, le llevó a descubrir su vocación de actor.

A sus 80 años, aseguró haber encontrado su razón de ser, y encima, que se le premie por ello, por eso, terminó diciendo: «No puedo sino dar las gracias a todas aquellas personas que tienen a bien reconocer mi trabajo».

[ze_summary text=»La directora del Festival destacó la ilusión que tiene por cada proyecto»]La directora del Festival destacó la ilusión que tiene por cada proyecto[/ze_summary] 

La directora del Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro, Natalia Menéndez, justificó el otorgamiento de este premio «por la ilusión que el actor tiene por cada proyecto, la calidad de su trabajo y el trato que tiene con las personas que participan en cada proyecto, valores que por sí solo, le hacen merecedor del premio Corral de Comedias».

«Un gran creyente que renueva su fe con sabiduría»

De Sacristán, dijo Menéndez, que «posee valores tan importantes como creer en lo que hace, en el oficio, en su arte, hasta ser un gran creyente que renueva su fe con sabiduría magistral, nutriéndote de sabia nueva».

Para la directora del festival, Sacristán «es capaz de afinar cada personaje huyendo de la auto complacencia», por eso, advirtió: «No es extraño que seas motor para aquellas personas que amamos esta profesión».

El acto también recibió el reconocimiento de los espectadores y compañeros que a través de vídeos han puesto en valor su trayectoria profesional.

[ze_summary text=»Otros grandes han reconocido su trayectoria profesional»]Otros grandes han reconocido su trayectoria profesional[/ze_summary] 

Así, escritor Eduardo Mendoza, las actrices Concha Velasco, Nuria Espert, Julia Gutiérrez Caba y Aitana Sánchez Gijón dejaron testimonios de reconocimiento sobre Sacristán, como también lo hicieron los directores de cine Pau Durá y José Luis Garci.

«Una leyenda de las tablas»

Sobre el escenario del Teatro Municipal de Almagro, los dramaturgos José Ramón Fernández y Juan Carlos Rubio dejaron constancia de cómo es posible dirigir «a una leyenda de las tablas sin morir en el intento», pero descubriendo «al hombre cabal de comportamiento modélico«.

Por su parte Carlos Góñez, cantante de Revólver y amigo del actor, se unió a los reconocimiento y le dedicó la canción «Sacristán de sacristanes», mientras que el filósofo y ensayista Javier Gomá, encargado de realizar la laudatio del premio, glosó los valores humanos del actor por encima de cualesquiera otros.

Gomá concluyó que el premio Corral de Comedias, como otros premios que ha recibido el actor, no es, sino un reconocimiento a «a todo una vida» pero, especialmente, a su «dignidad y sabiduría».