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viernes, 19 de abril de 2024
Imagen de archivo de Joaquín Sorribas.
Imagen de archivo de Joaquín Sorribas (a la izquierda)
Deja el club tras cinco temporadas - 21 mayo 2018

Joaquín Sorribas deja de ser el director deportivo del CD Toledo. Así lo ha anunciado el propio directivo aragonés en rueda de prensa en el Salto del Caballo. Abandona el cargo en la temporada del 90 cumpleaños de la entidad y, sobre todo, después del consumado descenso a Tercera División del club del que se encargaba de la planificación deportiva.

 

Sorribas ha sido el director deportivo desde el 2015, año en el que colgó las botas siendo jugador del CD Toledo y sustituyó en el cargo Chema Indias. De este modo, el oscense ha estado tres temporadas en la Secretaría Técnica del equipo y dos como futbolista de los verdiblancos.

[ze_summary text=»Quiero comunicar mi desvinculación total con el club a efectos laborales, no a efectos emocionales porque siempre voy a llevar al Toledo en el corazón»]Quiero comunicar mi desvinculación total con el club a efectos laborales, no a efectos emocionales porque siempre voy a llevar al Toledo en el corazón[/ze_summary] 

 

Sorribas se va por responsabilidad. Le pidió a la afición durante la temporada que estuviese con el equipo y cuando acabase el año ya se tomarían decisiones. «Una vez que acaba y por cumplir lo que acordé con la afición en las reuniones que tuve, les dije que era el momento de sumar, de apoyar y de estar todos juntos, y a final de temporada sería el momento de asumir las responsabilidades, ha llegado ese momento y tengo que cumplir», ha asegurado.

Hay varios factores que podrían explicar el «rendimiento bajo de la plantilla» que, a priori, contaba con nombres reconocidos en la categoría. Ni el cuerpo técnico ni desde los despachos fueron capaces de contagiar a la plantilla de «esa emocionalidad» necesaria para rendir al nivel presupuesto. Lo cierto es que pasaron «de ser un equipo competitivo, con unos muy buenos 30 minutos iniciales» a «perder la identidad del equipo». Un equipo que destacaba por «esa forma de jugar arriesgada, pero ya sin la intensidad de antes», ha explicado.

Además, cuando decidieron darle un empujón a la situación con la salida de Onésimo y pensaron que en febrero era «el momento de despegar», nada más lejos de la realidad y los resultados casi fueron a peor.

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