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jueves, 25 de abril de 2024
La brecha que no cesa en los países ricos - 11 diciembre 2017
Mar G. Illán Mar G. Illán

«La recuperación económica se consolida en España, pero la brecha entre ricos y pobres aumenta porque el desempleo, la precariedad y los problemas de formación se han enquistado…». Así lo cuenta el diario «El País» en su artículo “Atrapados por la desigualdad” publicado este 9 de diciembre, que alerta sobre la nueva brecha de pobreza, basada en las diferencias salariales.

Se dan datos como que en la Unión Europea, de media, «el 20 por 100 que más gana obtiene cinco veces más que el 20 por 100 que menos». Pero en España, dice el diario, la situación es mucho peor y se asemeja a los datos de Bulgaria, Grecia y Lituania, países a los que no nos gusta parecernos, pero con los que compartimos el de campeones en brecha salarial o colistas en igualdad.


Porque brecha salarial viene a coincidir con la social y, por lo tanto, con el incremento de la desigualdad.

Trabajo ya no es sinónimo de prosperidad

Afortunadamente, las diferencias con esos países citados más arriba están en las redes públicas de protección social, que en España funcionan con mayor y mejor alcance que entre nuestros compañeros en posiciones de desigualdad salarial.

Las diferencias de cualificación, asentadas en las de la formación y, por lo tanto de educación, están detrás de esta tragedia que afecta a la pobreza del siglo XXI, de la que no están libres los ciudadanos con empleo en los países ricos y desarrollados.

Trabajo ya no es sinónimo de pasaporte a la prosperidad. La temporalidad y las jornadas a tiempo parcial, especialmente frecuentes entre la población activa con menos cualificación, están convirtiendo el cáncer social de la desigualdad en una pandemia sin freno a la vista en las sociedades de mayor bonanza económica.

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Las diferencias de cualificación, asentadas en las de la formación y, por lo tanto de educación, están detrás de la creciente desigualdad social en los países ricos[/ze_summary]

 

Si no actuamos para mejorar la educación no podremos acabar con esta nueva pobreza del siglo XXI, por muchas redes de bienestar social que creemos.

No es ni la primera noticia sobre el tema ni la primera vez que lo toco en este artículo. Porque la desigualdad se ha integrado en las sociedades occidentales, ricas, civilizadas, instruidas, innovadoras y modernas y ha dejado de ser asunto de los pobres.

Pobreza infantil, la cara más cruel

«¿Se puede ser pobre viviendo en Europa en el siglo XXI? Lamentablemente la respuesta es sí… Hay una nueva clase de pobreza, igual de cruel que la antigua», escribí en esta misma sección el 3 de abril. Acababan de conocerse las conclusiones del Informe de la situación de la infancia en Castilla-La Mancha, elaborado por Unicef.

Lo presentó el 22 de marzo de este año el presidente de Unicef España, Carmelo Angulo, en el “Espacio Reservado” de encastillalamancha.es. Era el estudio de pobreza en Castilla-La Mancha, dirigido por el profesor de la UCLM Arturo Molina.

Los que estábamos allí nos frotamos los ojos varias veces cuando oímos el dato de que 185.280 niños y niñas, el 42,8 por 100 del total, que asciende a 432.897, se encuentran en riesgo de pobreza y exclusión social. Eran datos de 2014, que también revelaban que Castilla-La Mancha era la cuarta comunidad autónoma con una renta per cápita más baja, 18.354 euros, y la sexta con una tasa de desempleo más elevada, así como mayor proporción de analfabetos.

¿Por qué la Educación no está entre las primeras preocupaciones de los españoles?

Los jóvenes poco cualificados hoy serán analfabetos funcionales como adultos. Estarán condenados a la pobreza para toda su vida, que mejorará o empeorará por situaciones coyunturales o en función de las coberturas sociales del territorio en el que vivan.

Cualquier estadística hoy lo demuestra sin dejar lugar a la duda. Menos educación se corresponde con peor salario y más riesgo de pobreza. La protección social aporta medidas paliativas. Pero la Educación es la única herramienta capaz de cambiar y evitar la desigualdad como nueva pandemia social.

¿Por qué la Educación no está entre las primeras preocupaciones de los españoles?

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La protección social aporta medidas paliativas. Pero la Educación es la única herramienta capaz de cambiar y evitar la desigualdad como nueva pandemia social[/ze_summary]

[ze_image id=»113752″ caption=»Carmelo Angulo, presidente de Unicef Comité Español, presentó en abril, el informe sobre la pobreza.» type=»break_limited» src=»http://ecmadm.encastillalamancha.es/wp-content/uploads/2017/03/Espacio-Reservado-de-Unicef-159.jpg» urlVideo=»» typeVideo=»» ]
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