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sábado, 27 de abril de 2024
Presentación de la alta velocidad ferroviaria a Extremadura - 15 julio 2017 - Castilla-La Mancha
Agustín Yanel Agustín Yanel

Parece que Talavera de la Reina solo le interesa a Mariano Rajoy cuando llegan las elecciones generales y visita durante unas horas la ciudad en busca de votos. Y parece que al Gobierno central y al PP no les basta con el daño que han hecho a esta población y su comarca -y a otras de la región- al haber aprobado más de una veintena de trasvases de agua del Tajo pese a que escaseaba en los embalses de la cabecera, hasta convertir el río en una cloaca, y ahora quieren tomar el pelo a los talaveranos con promesas que casi nadie se cree sobre la llegada del tren de alta velocidad.

El ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, ha visitado Talavera para presentar el Corredor de Alta Velocidad a Extremadura. Ha dicho a los talaveranos que, después de los 15 años que llevan esperando a que el tren de alta velocidad pase por la ciudad de la cerámica, tendrán que esperar otros 12 o 15 años más. Se lo ha dicho con otras palabras, eso sí, pero es lo que se concluye de su discurso. Peor mensaje, imposible. También les ha dicho que cuando llegue ese día -si es que llega, que vaya usted a saber-, el viaje hasta Madrid no durará los 35 minutos que se preveían sino unos 52 minutos, porque el recorrido hasta la capital de España se hará por Rielves o por Carmena y con parada en Toledo.


Nuevos informes técnicos y más retraso

Al cambiar el trazado inicialmente previsto de la línea férrea Madrid-Badajoz-Lisboa es necesario hacer un nuevo informe técnico, que no estará terminado al menos hasta finales de 2018. Al año siguiente se adjudicará la realización de un estudio de impacto medioambiental, después empezarán a pensar en las inversiones necesarias para realizar los distintos tramos de las obras… Y así irán pasando los años sin que la alta velocidad pase por Talavera.

Algunos asistentes al acto de presentación comentaron -se supone que con ironía- que quizá el ministro De la Serna creía erróneamente que Talavera pertenece a Extremadura y por eso dedicó la mayor parte de su intervención a hablar de lo adelantadas que van las obras en la región extremeña y de las inversiones que hará el Gobierno en cinco tramos de las obras en esa región. No habló del transporte de mercancías, algo tan importante para Talavera, así es que los periodistas le preguntaron por ello al finalizar el acto y entonces dijo que sí, que cuando llegue a la ciudad el AVE -si es que llega, permítase esta duda razonable, a juzgar por lo que ha ocurrido desde hace años- será por una vía férrea de doble ancho internacional que es apta para trenes de viajeros y para mercancías. Pero con tantos cambios como está habiendo en este proyecto, también hay motivos para ponerlo en duda.

La intervención del ministro de Fomento defraudó a casi todos, excepto al alcalde de Talavera, Jaime Ramos, a los representantes de Extremadura presentes en el acto y a los dirigentes del PP: le han criticado el presidente regional, Emiliano García-Page; los concejales de Ganemos Talavera, Sonsoles Arnao y Miguel Ángel Sánchez; la consejera de Fomento de Castilla-La Mancha, Agustina García Élez; la Federación Empresarial Talaverana (Fepemta) y la toledana (Fedeto), y algunas asociaciones ciudadanas. No parece lógico ni de sentido común que todos ellos estén equivocados y no no entiendan las bondades del proyecto que ha presentado Íñigo de la Serna frente al alcalde y el PP como únicos defensores de estos cambios para la alta velocidad Madrid-Lisboa.

Poco positivo, mucho negativo

Lo único positivo del proyecto que ha presentado el ministro es que se despejan las dudas sobre la posibilidad de que el AVE finalmente pudiera no pasar por Talavera, como se rumoreó hace unos meses, y que la ciudad estará conectada por tren con Toledo. Pero esto no compensa la parte negativa: los años que tardará, la falta de presupuesto, la ausencia de fechas concretas y la falta de soluciones a corto o a medio plazo para la lamentable situación del tren entre Talavera y Madrid.

Si el ministro de Fomento hubiera viajado en tren hasta Talavera podría haber comprobado varias cosas: que el viaje se prolonga durante más de hora y media cuando llega con puntualidad, pero probablemente habría llegado con retraso; que quizá le hubiera tocado viajar en un vagón viejo y sin siquiera una máquina para comprar agua o un refresco; que en la estación de la ciudad de la cerámica -degradada hace años a la categoría de «apeadero», con todo lo negativo que eso acarrea- no existe ninguno de los servicios para los viajeros que son habituales en otras estaciones incluso más pequeñas (la cafetería que existía cerró hace unos meses y la venta de periódicos y revistas hace bastantes años); que el horario de la ventanilla de venta de billetes es inadecuado por falta de personal suficiente; que el edificio se encuentra cada vez más deteriorado…

Tan lamentable es el servicio de trenes entre Talavera y Madrid que el Comité de Empresa de Adif-Toledo ha pedido al ministro que se interesa por esa estación, a la vez que ha criticado la pasividad del Gobierno de Rajoy, el de García Page y el del alcalde Jaime Ramos para resolver este problema.

Mejorar el servicio ferroviario de Talavera

Quizá si este servicio ferroviario funcionara como corresponde lo utilizarían más ciudadanos y se caería uno de los argumentos que ha utilizado el ministro para justificar el cambio del proyecto de la futura alta velocidad para que pase por Toledo: aprovechar el tirón de la capital regional para que viajen más pasajeros en los trenes.

Una curiosidad: quien visite la página web oficial del Ministerio de Fomento podrá leer que el ministro anuncia una nueva plataforma de alta velocidad para unir Valencia y Barcelona en dos horas; que ha firmado un convenio con el Ayuntamiento sevillano de Lora del Río (20.000 habitantes) para la construcción de un paso inferior para peatones y vehículos en la línea férrea; que también ha firmado un convenio con el Gobierno vasco un convenio para la construcción de la variante sur ferroviaria de Bilbao; que ha supervisado las obras de la variante ferroviaria de Camarillas; que desde el Ministerio se han reunido con el Ayuntamiento de Miranda de Ebro (35.000 habitantes) para analizar la nueva línea de alta velocidad entre Burgos y Vitoria,entre otras noticias, todo ello entre el 12 y el 15 de julio. De la presentación que hizo en Talavera, ni una línea. ¿Habrá sido por un olvido de de equipo o es una muestra del desinterés del Gobierno y el Ministerio por este asunto?

«Un jarro de agua fría», «un desbarajuste», «un vendedor de humo»… Son algunas de las críticas que ha recibido el discurso del ministro de Fomento. Pero las críticas, aunque necesarias, son insuficientes. Si la ciudadanía no se moviliza, a los talaveranos seguirán tomándoles el pelo con el tren de alta velocidad, con el trasvase de las aguas del Tajo, con el nodo logístico y con lo que sea.

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