viernes, 19 de abril de 2024
El albaceteño Antonio Belmonte, un ejemplo para la sociedad 07/02/2014junio 9th, 2017

A los dos años los médicos le diagnosticaron Trastorno del Espectro Autista (TEA). Ahora Antonio Belmonte tiene 13 años y, si bien sufre dificultades en el habla y para relacionarse, ha encontrado en la música la manera de expresarse y de comunicarse con los demás, una capacidad que ha desarrollado desde que era un niño y hasta convertirse en uno de los mejores alumnos del Conservatorio Torrejón y Velasco de Albacete, donde está finalizando sus estudios de Grado Elemental en la especialidad de contrabajo.

Esta facilidad para leer, escuchar e interpretar música -toca una docena de instrumentos- no es casualidad y es que, además de haberse criado rodeado de instrumentos, Antonio posee la habilidad del «oído absoluto», algo que tiene una persona entre 10.000 y que le permite identificar una nota por su nombre sin la ayuda de una nota referencial. «A los cinco años descubrimos que afinaba guitarras con gran precisión sin ayudarse de ninguna referencia», cuenta su padre, Antonio Belmonte.


Conscientes de los beneficios de la música, muy pronto Antonio empezó a estudiar piano, guitarra y violín en una academia. A los 10 años aprobó el acceso al conservatorio y, tras cuatro cursos, dedica este último a prepararse el acceso a los estudios de Grado Profesional.

Su padre recuerda que los primeros años en el conservatorio no fueron fáciles, al fin y al cabo era la primera vez que los profesores trabajaban con un niño autista. «No hay muchos casos similares a los de Antonio; en España solo conocemos dos o tres y creemos que es la única persona con discapacidad en estudiar en un conservatorio público en Castilla-La Mancha». Para su integración fue fundamental el apoyo de dos antiguos profesores ya que «desde ese momento las cosas empezaron a ir muy bien».

A pesar de su juventud y de que el reto no es fácil, tiene ante sí la oportunidad de abrir camino a otros niños autistas y hacer de la música su carrera profesional. Él dice que de mayor querría ser afinador de piano y tocar el contrabajo en un orquesta. Por lo pronto, junto a su padre y sus profesores de apoyo, forma parte del grupo Alhambra Albacete, ganador del concurso nacional 2013 de la Fundación Igual Arte de Vigo, un premio a raíz del que han ofrecido diversos conciertos.

Actualmente Antonio está volcado en la preparación del acceso al Grado Profesional, cuyas pruebas tendrán lugar en junio. Su familia y los responsables del conservatorio mantienen contactos con la Delegación de Educación para que tenga la posibilidad de hacer pruebas adaptadas, ya que «él no podría superar el examen estándar», cuenta su padre, quien destaca el apoyo que siempre han recibido por parte de los profesionales del conservatorio y la gran apuesta que hacen por su talento.

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