Comisiones Obreras de Castilla-La Mancha (CC.OO. CLM) ha denunciado la agresión sufrida el pasado sábado 13 un trabajador en el módulo de respeto de la cárcel de Alcázar de San Juan (Ciudad Real). Rafael Correas, miembro de CC.OO., alegó la culpabilidad del acto al “profundo deterioro” que sufre el servicio público de prisiones. Y consideró que “los trabajadores penitenciarios están siendo agredidos permanentemente”.

CC.OO. culpabiliza a los gestores de la prisión

Siguiendo la línea de sus palabras anteriores, sugirió que la degradación de los servicios suponen una serie de peligros para el personal penitenciario, como es el caso de la falta de personal médico en los meses de vacaciones. Además, interpretó abiertamente “la dejación de sus funciones” refiriéndose a los gestores de la prisión y consideró que los responsables del centro “no tomaron ninguna medida para proteger al personal penitenciario ante la agresión padecida”.

Desde CC.OO., previamente habían denunciado al módulo en el que ocurrieron los hechos, al tener una calificación nula, esto facilita a que los presos puedan causar conflictos permanentemente. El sindicato denuncia que estas situaciones guardan estrecha relación con la patología psiquiátrica, con falta de atención especializada en las cárceles.

«Todo ello unido a la falta de personal en esta prisión, la carencia del personal necesario de vigilancia, tratamiento o sanitario que tienen el contacto más directo con los reclusos, junto a una plantilla envejecida, incrementan los riesgos laborales de salud para el personal que presta servicios en estas condiciones tan precarias».

España se sitúa a la cabeza de Europa de agresiones a su personal penitenciario

CC.OO. exigió respuestas a estas causas y no una política de propaganda como es la realizada por la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias. Asimismo, CO.OO. exige una Oferta Extraordinaria de Empleo que cubra las 3.500 vacantes presupuestadas y sin personal, que están en el origen del 30 por 100 de las agresiones.

Correas concluyó de la siguiente manera, “las agresiones no pueden formar parte de la actividad ordinaria del personal penitenciario, no entran en nómina y porque con agresiones la reinserción no es posible”.