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jueves, 28 de marzo de 2024
Carlos Martínez, con Cuenca -a sus pies-. Down Cuenca
Carlos Martínez, con Cuenca -a sus pies- Foto - David Romero
"Luchando cada día" hasta conseguir su objetivo - 04 julio 2017

Carlos Martínez es un conquense de 26 años que desde enero es ordenanza en la Subdelegación del Ministerio de Defensa en Cuenca. Pero el camino hasta llegar ahí no ha sido fácil. Han sido muchos días «luchando, hincando bien los codos y esforzándome a diario», asegura, para poder lograr su plaza fija, y todo aquel que ha estudiado oposiciones sabe lo que es eso.

[ze_summary text=»Han sido muchos días luchando, hincando bien los codos y esforzándome a diario»]Han sido muchos días luchando, hincando bien los codos y esforzándome a diario[/ze_summary] 


Vive en el casco antiguo de la ciudad conquense, exactamente en el barrio del Castillo. Con Cuenca -a sus pies-, Martínez preparó su oposición empollando cada día hasta ser el mejor de la provincia, y eso que en la prueba tenía rivales que no solo eran de Cuenca, sino que venían de más lugares de la Península. Consiguió la mejor puntuación de cuantos se presentaron por Cuenca y además logró la décima mejor calificación de todo el país a pesar de que había 1.600 participantes.

El mérito de conseguir una plaza en la Administración Pública es doble en el caso de Carlos, teniendo en cuenta que las personas con Síndrome de Down, cuyo desarrollo y características son diferentes entre los mismos, presentan un desarrollo más lento respecto a aquellos que no tienen diversidad funcional.

En estas oposiciones se pueden presentar personas que tienen a partir del 33 por 100 de discapacidad. Sin embargo, no es muy común encontrar personas con la trisomía del par 21 que consigan una de las plazas, ya que tienen reconocida una discapacidad superior al 66 por 100.

El conquense Carlos Martínez.

Su vida en los últimos meses ha sido una rueda que no deja de girar y las emociones fuertes se sucedían. «Primero aprobar el examen, ahora el nuevo trabajo», que unido el interés que ha suscitado su historia, le ha llevado a realizar una intervención en el acto de celebración del Día de Castilla-La Mancha, han sumido a Carlos en una nube a la que trata de amoldar de nuevo su día a día.

El duro esfuerzo de preparar las oposiciones

La receta del éxito en las oposiciones la tiene clara el joven conquense. «La saqué a base de estudiar y de hacer muchos test», explica. Pero no siempre es fácil compaginar trabajo con estudios.

La rutina de Carlos durante la preparación de la prueba para acceder al empleo público fue un no parar. Trabajaba por las mañanas a media jornada en la residencia provincial «Sagrado Corazón de Jesús», conocida como «La Bene». Además, por las tardes se acumulaban las actividades. Natación, teatro, clases de matemáticas… Pero aún así, sacaba tiempo para estudiar. Ni el tedioso y por momentos denso temario, con muchos temas de derecho, eran un obstáculo para la memoria de elefante de Carlos.

Por las tardes preparaba la oposición junto con sus compañeros y amigos de la asociación Adocu. Ahí empleaba una o dos horas, pero en las pruebas de selección de empleo público hace falta más. Cuando llegaba a casa volvía a «hincar codos» y allí contaba con un aliado, su tío. Pese a que «tenía pocas ganas», cada día iba sumando granito a granito hasta llegar al destino, el día del examen.

El test que le pusieron «era un poco difícil, pero una vez que me puse era ir sacándolo» y no se le dio nada mal, porque finalmente consiguió su objetivo.

Una nueva vida desde enero

A principios de año comenzó la andadura de Carlos en la Subdelegación de Defensa en Cuenca. Fue la plaza que escogió de las cuatro que había disponibles. Aunque al principio tenía dudas por si se había equivocado, reconoce que su trabajo y el trato con los compañeros es muy bueno. Además, tiene un jefe «estupendo». A pesar de que las «armas no me gustan», trabajando en este acogedor espacio del Ministerio de Defensa se siente plenamente integrado. Tiene pocos compañeros, lo que hace del sitio de trabajo un lugar familiar, todas las mañanas sale con ellos a desayunar y todos, coronel inclusive, «están contentísimos» con el trabajo que desempeña Carlos.

Ahora emplea sus horas de trabajo en repartir y llevar el correo, hacer fotocopias, escanear o revisar expedientes del Ministerio de Defensa… Un no parar de actividad que sigue compaginando con sus aficiones.

Teatro, rap, imitaciones… ¡Tú sí que vales!

Carlos fue protagonista en el Día de Castilla-La Mancha. Sobre el escenario del Auditorio de Cuenca expuso su discurso en el que invitaba a todos a hacer como él y «romper con las barreras». No le intimidó el numeroso público o tener que presentar a Jesús Fernádez Vaquero, presidente de las Cortes de CLM, pero tiene un as detrás de la manga, «nunca me pongo nervioso», reconoce.

El conquense Carlos Martínez.

Aunque es un poco tímido, sobre el escenario muestra un desparpajo enorme y ese día emocionó con su discurso en el que aseguraba que quienes «me conocen saben que adoro el teatro, porque aquí todo es posible, sobre las tablas uno puede convertirse en quien quiera ser».

A Carlos le apasiona todo lo relacionado con la cultura. Es un lector empedernido y siempre le ha gustado leer tanto «poesía» como «prosa» y entre los autores que recomienda está «Camilo José Cela». Además, le «encanta» ir a teatro y actuar sobre la tarima. En las funciones que organiza Adocu se mueve como pez en el agua. En la última gala navideña, el farandulero conquense se atrevió con un monólogo sobre los villancicos… Y lo bordó.

En su idilio con las bellas artes también se atreve cantando o imitando. Durante su encuentro con encastillalamancha.es se arrancó como un rap, pero un rap con mensaje. Escúchenlo porque a lo mejor se animan a dejar de fumar…

 

Entre las aficiones de Carlos también está la natación. Compite con el Club Natación Cuenca y su modalidad fetiche es la espalda. Le encanta el deporte y claro, el deporte rey no pasa desapercibido, aunque aquí no tiene tan claros sus colores… Y es que ahora es un colchonero, pero tiene pasado culé…

El artista Carlos es un apasionado de la música y no desprecia ningún estilo. «Rock, flamenco, rumba», varios son los estilos que le llaman la atención pero su grupo favorito lo tiene claro, «Estopa».

Por último, las imitaciones son una parcela en la que se mueve con soltura. Su especialidad son los políticos, y es que atreve incluso con el presidente Mariano Rajoy.

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