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jueves, 18 de abril de 2024
La artesanía de mimbre, uno de los oficios rescatados en Olmeda de la Cuesta.
La artesanía de mimbre, uno de los oficios rescatados en Olmeda de la Cuesta. Foto - Castilla-La Mancha Media
Primera feria de tradiciones perdidas de La Alcarria - 27 julio 2019

Olmeda de la Cuesta, el emblema conquense de la lucha contra la despoblación y uno de los símbolos de ‘La España vaciada’, se ha poblado este sábado de guarnicioneros, esquiladores o pregoneros entre décadas de recuerdos, costumbres y añoranzas.

El encuentro ha llenado las calles de este pequeño pueblo, en el que hace medio siglo que no nace ningún niño, de oficios que relatan con mimo lugareños como Sebastián, quien recuerda apenado «cómo han cambiado los tiempos» en los que las nuevas generaciones sólo conocen estos oficios por haberlos visto «en eso de Internet».


El sonido del chiflo del afilador, el olor a lavanda, la legra del herrador o el punteo incesante de las bordadoras se mezcla este sábado con la algarabía de las cientos de personas que recorren esta localidad, con 25 habitantes censados y con una de las poblaciones más envejecidas de España.

«El mundo rural despierta curiosidad aunque la gente no quiera vivir aquí», señala en declaraciones a Efe el alcalde de Olmeda de la Cuesta, José Luis Regacho, quien subraya que, a pesar de todo, «añoran su pasado y no quieren perder sus costumbres».

La primera feria de tradiciones perdidas de la Alcarria recrea esta jornada más de treinta oficios casi olvidados y permite conocer cómo se elaboraba el jabón de sosa, el aguardiente o las tinajas, entre otros.

[ze_image id=»329241″ caption=»Arreglo de una de las antiguas trillas.» type=»break_limited» src=»http://ecmadm.encastillalamancha.es/wp-content/uploads/2019/07/trilla_olmeda.jpg» urlVideo=»» typeVideo=»» ]

 

El aguador que llevaba el agua en cántaros o el estañador que arreglaba pucheros también se representan con detalle y motivos de época por las calles del pueblo, en las que los más jóvenes pueden participar en talleres de tirachinas o juegos tradicionales como el gua, la billa o el boleo, además de dar un paseo en burro.

Demostraciones de tostado de garbanzos, de fabricación de escobas amargas o degustaciones de miel, vino, aceite o dulces típicos son otras de las propuestas.

Algunas motocicletas y coches de época, como los míticos Seat 600 con banderas españolas y llenos de recuerdos, completan la estampa de este evento que ha sido posible, además del impulso del Consistorio, al apoyo del grupo de acción local Ceder Alcarria conquense.

Su presidente, Vicente Caballero, confía en que la cita sea «la semilla» de una feria itinerante los próximos años y se consolide en la provincia de Cuenca.

Actualmente hay otra similar pero en Aragón, en concreto en Lutiénigo, declarada de interés turístico.

Olmeda de la Cuesta se hizo popular en todo el país hace unos años por subastar solares casi gratis para atraer población. Desde entonces, se han levantado una decena de viviendas y el Ayuntamiento ha creado un paseo etnográfico y ha mejorado sus servicios mientras trabaja en otras iniciativas para evitar «el ocaso del pueblo».

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