«Querido papá, sé que no te he dicho lo mucho que te quería en vida porque no sabía que nos ibas a dejar de esta manera tan difícil, porque ibas a tener una jubilación prometedora, sano, sin patologías previas, tenías futuro, proyectos…
Una muerte absurda, sin sentido, que quizás se podía haber evitado, quién sabe, quién lo iba a decir, tú, que no enfermabas nunca. Maldito virus.
Nos dejaste cuidando a mamá, que también enfermó sin quejarte, pero tú… No tuviste esa opción, ese virus silencioso te devoró por dentro.
«…Y vi en la calle una ambulancia, sin pensar que era para ti…»
Fui a llevarte comida como tantos días y vi en la calle una ambulancia, sin pensar que era para ti. Te vi salir en camilla y me quedé bloqueado, no pude decirte nada, no pude decirte te quiero, no pude acariciarte ni besarte. Ese viaje al hospital, el último que harías en vida, no se me olvidará de mi mente. No sé si me viste, pero ahí estaba, impresionado por la situación, sin saber que era la última vez que te vería.
Fuiste directo a la UCI, desastrosa noticia para nosotros. Recé todo lo que pude, anhelando que esa llamada diaria fuera para informarnos de tu mejoría, pero no llegaba esa noticia. Estabas grave, has luchado por vivir, por querer volver a la normalidad en tu barrio, con tu gente y tu familia.
Ha sido muy dura tu estancia en la UCI tanto para ti, luchando contra el virus, como para nosotros en casa, confinados.
Agradecer a todos y cada uno del personal que ha estado cuidándote desde el médico de cabecera de tu centro de salud a los sanitarios que te atendieron en casa, al servicio de Urgencias y, en especial, quisiera agradecer la labor del servicio de Medicina Intensiva del Complejo Hospitalario de Toledo (Virgen de la Salud), que me consta que han hecho todo lo que han podido para salvarte, pero no ha podido ser, que te han cuidado como si lo hubiéramos hecho nosotros, con profesionalidad, soportando la presión de esta crisis sanitaria, y sobre todo el cariño, el tiempo que te han dedicado y el gran corazón que han mostrado estos profesionales de la salud.
«Decirte, papá, que no has muerto solo, que ellos estaban ahí, a tu lado…»
Decirte, papá, que no has muerto solo, que ellos estaban ahí, a tu lado.
Nunca pensé que tu familia íbamos a tener que decidir sobre tu futuro. Y así lo tuvimos que hacer. Perdónanos, pero era lo mejor para ti. El virus ganó la batalla, no iba a consentir que te destrozase más. Has tenido una muerte digna y sin dolor. Partiste el 17 de abril, dejando aquí a tu familia, esa que has formado con orgullo y dedicación, que luchará para que no quedes en el olvido. Nos quedaremos con tus buenos recuerdos y momentos en vida. Te queremos, papá, cuida de nosotros desde el cielo».
Familiares de Manuel Martínez.
Toledo.