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miércoles, 24 de abril de 2024
Martínez-Almeida anuló el plan de Manuela Carmela contra la contaminación - 05 diciembre 2019 - Madrid
Agustín Yanel Agustín Yanel

Cuando el PP le designó candidato a la Alcaldía de Madrid, lo primero que dijo José Luis Martínez-Almeida fue que eliminaría las medidas contra la contaminación atmosférica de la capital que había puesto en marcha la anterior alcaldesa, Manuela Carmena. Pero ahora, solo cinco meses después de llegar al cargo -gracias a un pacto con Ciudadanos y Vox-, cuando se celebra en Madrid la Conferencia de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático COP25, el alcalde se presenta como el abanderado de la lucha contra el cambio climático, el máximo defensor de las energías renovables y contra las emisiones de CO2,  justo lo contrario de lo que dijo y repitió antes. ¿Incoherencia, oportunismo o ambas cosas a la vez?

Algunos alcaldes, cuando llegan al cargo, tienen la mala costumbre de anular lo que ha hecho su antecesor solo porque pertenecía a otro partido político, aunque lo que hizo sea bueno para la ciudadanía. Martínez-Almeida lo intentó con Madrid Central, el plan del anterior equipo de gobierno municipal para restringir la circulación de los vehículos más contaminantes por el centro de la ciudad y otras medidas. No lo consiguió del todo, porque un juez anuló su decisión, pero sí modificó en parte aquellas medidas, con lo que ha convertido la Gran Vía en una zona más contaminada, con más circulación y problemas de tráfico. Mientras tanto, la ciudadanía sigue esperando su plan contra la contaminación, que ha prometido reiteradamente como mejor y más completo que el de Carmena pero que no llega.


Dinero para la catedral de Notre Dame antes que para la Amazonia

A finales de septiembre último, en el programa La vuelta al cole, de Telemadrid, en el que un personaje público se somete a las preguntas y pruebas que le plantean los niños y niñas de una clase de enseñanza primaria, una niña preguntó al alcalde de Madrid: «Si sólo pudieras dar dinero a un sitio, ¿a dónde lo darías, a la catedral de Notre Dame o a replantar el Amazonas?».  «A la catedral de Notre Dame», respondió Martínez-Almeida sin dudar ni un segundo.

«¿Por qué? Está incendiado y es el pulmón del mundo», le preguntó un niño, sorprendido por la respuesta del alcalde. Ante esa reacción, el alcalde dijo: «Efectivamente, es el pulmón del mundo. Pero la catedral de Notre Dame es un símbolo de Europa y nosotros vivimos en Europa». Horas más tarde, tras las críticas que recibió en algunas tertulias y en las redes sociales por esas palabras, explicó que es compatible defender la Amazonia y defender la catedral de Notre Dame.

Después de haber intentado anular por completo el proyecto Madrid Central y de haber dado esa respuesta a una clase de niños y niñas de primaria, Martínez-Almeida ha acudido a la inauguración de la citada cumbre mundial contra el cambio climático y ha dicho: «El siglo XXI va a ser el siglo de las ciudades y somos nosotros, las grandes ciudades, las que tenemos que liderar este proceso de reducción de emisiones. Si no es desde las ciudades no vamos a poder alcanzar ese objetivo, que es el que se marcó en el Acuerdo de París y esperamos que se culmine en esta Cumbre. Madrid está preparada, quiere asumir este reto, quiere ganar el futuro y este equipo de gobierno está absolutamente comprometido con la sostenibilidad».

La mala costumbre de decir una cosa y hacer otra

Si no fuera por los dos antecedentes citados, incluso las asociaciones ecologistas tendrían que estar de acuerdo con José Luis Martínez-Almeida. Pero cuando ha eliminado un plan contra la contaminación que empezaba a dar resultados positivos y no ha presentado aún el suyo, tantas veces prometido, hay que sospechar que esa declaración es puro oportunismo político, por la importancia que tiene para Madrid la celebración de una cumbre que ha convocado a casi 30.000 personas y sitúa a la capital de España en el primer plano de la actualidad mundial. El alcalde va a parecer el mayor ecologista durante las dos semanas de la cumbre.

Mientras no lo demuestre con hechos, que es lo que tienen que hacer los políticos, Martínez-Almeida seguirá siendo el alcalde que eliminó un plan anticontaminación no porque fuera malo sino porque lo implantó un grupo político distinto al suyo. Eso es poco serio y no debería hacerlo ningún político, si de verdad se presentan a las elecciones para mejorar la vida de la ciudadanía. Y todos los cargos públicos tienen que erradicar definitivamente esa mala costumbre, tan extendida, de decir una cosa y hacer otra.

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