jueves, 25 de abril de 2024
21/03/2013junio 13th, 2017
César del Río César del Río

Leí un día a Andrés Chaves que había tres clases de hijos de puta o «hijoputas». A saber: el físico, el metafísico y el esférico. Decía que el hijoputa físico «es el irremediable», o sea, el obvio, el que da literalidad a la frase, tal cual, sin ambages, sin irnos por las ramas. Vamos, un hijo de puta al uso, pero no el tradicional hijo de puta que a todos (bueno, a casi todos) nos sale alguna vez por la boca. Dicho esto, a los «casi» los recomiendo que prueben a decirlo aunque sólo sea una vez, porque ya verán qué a gusto se quedan. Que al fin y al cabo es de lo que se trata. Probemos…

¡Qué pedazo de hijo de puta! Con que lo digan así vale, no hace falta más. Respiren un poquito antes y verán cómo segundos después sus pulmones liberarán un hijo de puta cuasi celestial.


Luego está el hijoputa metafísico, «aquel cuya madre es una santa, una señora llena de virtudes, pero él es muy fuerte hijo de puta». Y, por último, está el hijoputa esférico, «aquel que es un hijo de puta lo mires por donde lo mires». Y venga de donde venga, podríamos añadir. Porque a él le da igual, va a seguir siendo un hijo de puta toda su vida…

Andaba yo pergeñando la Entrevista Irreverente hace apenas dos semanas y en estas que me puse en una mesa rectangular frente al diputado del PP por Toledo Agustín Conde. Ya saben, el mismo que si tuviera frente a él a ese señor que todos conocen como «los papeles de Bárcenas«, o sea, Luis el extesorero, lo primero que le diría sería: «¡Eres un hijo de puta!». O, si lo prefieren: «¡Pero qué hijoputa eres!». Prueben también con «¡quijoputa eres!» en versión castellanomanchega y bien apegada al terruño.

Pinchen aquí para leer la susodicha Irreverente y así recordar momentos «hijoputescos».

Claro, dándole vueltas horas después al asunto me recordó entonces las clases de hijoputas que había leído y aprendido meses antes y que desde entonces no se me han ido de la cabeza. ¿A qué tipo de hijo de puta se refería Conde?

Llegué a la conclusión de que era al hijoputa metafísico. Al físico no, eso lo descarté desde el minuto uno porque era obvio que estaba utilizando un lengüaje coloquial, ese hijo de puta con el que se nos llena la boca a diario cuando vemos a… (aquí les dejo a ustedes libertad de pensamiento para que se acuerden de quienes más, o menos, les apetezca); y al esférico tampoco, porque el de los papeles seguro que hubo algún día, durante años y años diría yo, que para los prebostes del PP no fue un hijo de puta.

Al metafísico entonces, ¿no? Lo mires por donde lo mires. O se lo digas como se lo digas.

Hijoputa o no (me refiero a Bárcenas), Conde tomó aire y segundos después sus pulmones hicieron el resto…

Fue fácil, él «puso» el titular.

@CesardelRioPolo

cesardelrio@encastillalamancha.es

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