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martes, 23 de abril de 2024
Los partidos españoles alcanzan acuerdos en el Parlamento europeo mientras en el Congreso se enfrentan y crispan - 06 junio 2020 - Madrid
Agustín Yanel Agustín Yanel

Si los dirigentes de los partidos políticos escucharan más a los ciudadanos, verían que la gran  mayoría -excepto los muy fanáticos de cada formación- les reclama que dejen de tirarse los trastos a la cabeza y trabajen para buscar entre todos la mejor y más equitativa manera de superar la grave crisis económica y social que ha producido el coronavirus. Pero no hay muchas esperanzas de que lo hagan, porque algunos están a otra cosa y con el contador de los votos en marcha.

La crisis sanitaria ya está siendo controlada, a pesar de que en la oposición hay quien parece empeñarse en que continúen los contagios si eso sirve para desacreditar todo lo que haga o diga el Gobierno. Pero no va a ser fácil superar la crisis económica y social del coronavirus porque, a juzgar por lo que se está viendo, hay dirigentes políticos que no están dispuestos a contribuir a esa tarea para no favorecer al adversario, aunque públicamente proclamen a bombo y platillo lo contrario.


Una comisión del Congreso… ¿para la reconstrucción social y económica?

Cada semana, los plenos del Congreso de los Diputados son una buena muestra de lo difícil que será alcanzar acuerdos entre los políticos para salir de la crisis que ha provocado el coronavirus. Y también lo son las sesiones que celebra la Comisión para la Reconstrucción Social y Económica, constituida en esa Cámara el pasado 5 de mayo. No hay reunión en la que no falten provocaciones, salidas de tono o algún numerito, tanto por parte de algún diputado o diputada como, en ocasiones, también de algún miembro del Gobierno.

Esa Comisión tiene dos meses de plazo, de los que ya ha transcurrido uno, para elaborar unas conclusiones con las medidas que se deberán adoptar para superar las consecuencias del coronavirus. Pero no es nada arriesgado predecir que, muy probablemente, los distintos grupos parlamentarios no alcanzarán el consenso para apoyar unas medidas comunes. Y ojalá que este pronóstico no se cumpla.

Uno de los comparecientes en esa Comisión, el eurodiputado de Ciudadanos Luis Garicano, ha pedido a los 46 diputados que la integran que hagan una «tregua política» durante seis meses y aparquen sus diferencias para buscar las medidas más adecuadas que se puedan adoptar, con los 60.000 millones de euros que la Unión Europea dará a España para superar la crisis. Como ejemplo de que ese consenso es posible, ha citado lo que ocurre en el Parlamento Europeo, donde los partidos políticos españoles sí alcanzan acuerdos con los demás, dejando a un lado en este caso sus discrepancias políticas para centrarse en el interés general.

Acuerdos en el Parlamento Europeo, desacuerdos y crispación en el español

Pero parece poco probable que esos mismos partidos en el Parlamento español vayan a ser capaces de olvidar por un momento sus intereses partidistas y llegar a acuerdos. Cada uno ha optado por la estrategia que más le beneficia, aunque con ella perjudiquen al interés general de la ciudadanía, mientras el Gobierno -con excepciones individuales entre sus miembros- camina con discrepancias internas entre el PSOE y Unidas Podemos, demasiado afán de protagonismo por los titulares de algunas carteras, mala comunicación a la ciudadanía, explicaciones contradictorias en asuntos serios y errores propios de un principiante.

Al primer Gobierno de coalición progresista de la democracia en España le vendría bien encerrarse un fin de semana en la finca toledana de Quintos de Mora -o en otro lugar-, para reflexionar seriamente sobre lo que está haciendo y cómo lo está haciendo, y marcarse un plan de ruta para conducir a este país hacia donde se merece y le corresponde. Y todo ello escuchando más a la ciudadanía y no solo a sus seguidores, tendiendo la mano a todos los partidos como viene haciendo -aunque algunos se la cojan para morderla-, olvidando los personalismos y dando explicaciones con la máxima transparencia y sin las contradicciones en las que ha incurrido últimamente.

Así podrá recuperar parte de la confianza que ha perdido, una confianza que siempre es necesaria para los gobernantes pero mucho más en situaciones de crisis tan graves como la actual.

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