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jueves, 25 de abril de 2024
Volumen de embalse de Entrepenas y Buendía el 21 de agosto desde 1984
Volumen de embalse de Entrepenas y Buendía el 21 de agosto desde 1984
Con menos del 11 por 100 de las reservas de agua - 25 agosto 2017

Durante meses se viene avisando de la situación y ya ha llegado: solo dos años de los últimos 34 años Entrepeñas y Buendía han contado con un volumen de embalse más bajo. Nos adentramos a la parte del año que históricamente es la de menor volumen de agua de todo el curso hidrológico. Termina el 30 de septiembre y es precisamente esta época poco lluviosa, que además arrastra todo el verano en el que apenas suele haber precipitaciones, la que suele dejar menor caudal en los pantanos de la cabecera del Tajo.

Pero la situación del 2017 va más allá. Los pantanos van camino de secarse y completar uno de los años hidrológicos más terribles de su historia. Pese a solo contar con datos diarios desde 1984, anteriormente el volumen de embalse siempre estaba por encima del paupérrimo 10,85 por 100 de agua que contienen en la actualidad. ¿La razón? Pues que en 1979 comenzaron a llegar las primeras aguas del Tajo hasta la cuenca del Segura a través del canal recién estrenado del trasvase.


A partir de ahí, cuesta abajo y sin frenos, con repuntes en años lluviosos pero que siempre desembocan en la misma precaria situación. Pero analicemos los datos tomados de las mediciones diarias de la Confederación Hidrográfica del Tajo desde 1984 y a los que ha tenido acceso encastillalamancha.es.

La comparativa está realizada el 21 de agosto, fecha del último «parte de bajas» publicado el pasado lunes. En esta cuarta semana de agosto, las exigencias apenas llegan a los 268 hectómetros, lo que supone tan solo el 10,85 por 100 de los 2.474 hectómetros de agua que pueden retener los dos embalse más importantes de la cabecera del Tajo y que un día se conocieron como «El mar de Castilla». Aunque como ya publicó encastillalamancha.es, más bien ahora es «El mar de Aral de Castilla«, por su parecida historia con el malogrado mar en la antigua Unión Soviética, exactamente entre las repúblicas de Kazajistán y Uzbekistán.

[ze_image id=»195622″ caption=»Tabla sobre el volumen de embalse de Entrepeñas y Buendía el 21 de agosto desde 1984. Datos: CHT. Elaboración propia» type=»break_limited» src=»http://ecmadm.encastillalamancha.es/wp-content/uploads/2017/08/Captura-de-pantalla-2017-08-25-a-las-10.22.39.png» urlVideo=»» typeVideo=»» ]

 

Solo en 1995 y 2006 se había visto un mes de agosto peor

Dos fechas marcadas a base de polvo. El polvo que dejan los dos años más secos en los pantanos de Entrepeñas y Buendía: el año 1995, la más negra; y el 2006. Porque el resto de caminos y datos que nos llevan hasta el 2017 los marcan cifras que para quien siga la actualidad de los embalses le sonarán a chino.

Como los 1.149 hetómetros cúbicos que presentaban el 21 de agosto no hace mucho tiempo, en 2010. Aunque ese no ha sido el valor máximo que han presentado en estos 34 años. Este corresponde al año 1998, aunque se fueron hasta los 1337,6 hectómetros cúbicos. En otros tres años se superó la barrera de los 1.000 hectómetros. Fueron el 88, con 1.076,2; el 97, con 1.085; y el 2001, con 1.069,7.

Pero como no son tiempos buenos y los mil hectómetros en un mes de agosto hoy por hoy es más una utopía que una realizas, repasemos las épocas de vacas flacas en la reserva.

En la primera ocasión que empezaron a flaquear fue en 1992, cuando tenían en agosto en 450. Y es que en ese primer lustro de los 90 ya que en los años consecutivos al 92 tenían 356 y 304 hasta llegar al fatídico 1995, el peor año de la historia de Entrepeñas y Buendía. Ese seco año apenas llegaron a almacenar 183,3 hectómetros ese 21 de agosto, pero es que el año hidrológico terminó con 131,787 hectómetros. El nivel más bajo de toda la historia de los sufridores embalses alcarreños se alcanzó nueve días después, el 9 de octubre de aquel 1995 solo había 122,4 hectómetros.

En la siguiente década se combinaron años buenos con otros no tan buenos. En tres de ellos se consiguieron cifras altas como en 1997, 1998 y 2001, hasta volver al siguiente punto negro: 2006.

Otra vez un periodo de sequía dejaba las reservas por debajo de 250 hectómetros. El 2005 ya fue malo y se llegó en agosto con 375,2. Pero durante agosto de 2006 y hasta el final del año hidrológico, las reservas se mantuvieron en torno a los 240 hectómetros, cifra que si sigue el ritmo de bajada este 2017 puede ser incluso peor que el 2006 y tener el dudoso honor de ser el segundo episodio más negro en Entrepeñas y Buendía.

Durante los siguientes años no se pasaron de los 420 hectómetros un 21 de agosto hasta el año 2010, el más lluvioso y fructífero de los últimos años en la cabecera del Tajo.

Para añadir más leña al fuego, ayer Greenpeace publicaba el informe de «La trama del agua en el Segura», en la que afirmaban que en los últimos años no ha mejorado la situación y que solo se han «sofisticado los mecanismos de expolio«. Además, aseguraron que la cuenca del Segura no es deficitaria y que el trasvase se podría terminar en tres años.

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