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viernes, 29 de marzo de 2024
Foto - Rebeca Arango
La estatua romana que apareció en la plaza Amador de los Ríos - 12 julio 2017 - Toledo

A Paco le despertaron a golpe de pico después de la siesta de, aproximadamente, unos 2.000 años que se había echado en un sótano de Toledo. Pero no protestó… Mientras, a su alrededor, los operarios que trataban de desescombrar la zona donde se encontraban pararon rápidamente y la arqueóloga Gema Garrido se puso manos a la obra: el pico no había tocado una piedra cualquiera, por lo que había que seguir quitando tierra, sí, pero con muchísimo cuidado, para que Paco no se despertara de golpe…

[ze_image id=»188232″ caption=»La galería romana que se encuentra justo debajo de la plaza de Amador de los Ríos.» type=»break_limited» src=»http://ecmadm.encastillalamancha.es/wp-content/uploads/2017/07/Galeria_romana_7.jpg» urlVideo=»» typeVideo=»» ]

Y excavando, excavando aparecieron… El torso y las extremidades, perfectamente conservadas, de una escultura brillante, y nos trasladó a la Roma antigua. Justo en el sótano de una casa de la calle Navarro Ledesma, junto a la plaza de Amador de los Ríos, en pleno casco histórico de Toledo.


Paco encontró a «Paco» en un sótano de Toledo…

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Por cierto, que Paco es el nombre que le hemos puesto a la estatua romana que salió a la luz porque fue precisamente Paco, integrante de la cuadrilla de obreros que trabaja en las obras puestas en marcha por el Consorcio de Toledo, quien la descubrió. Y el Paco del siglo XXI se echa unas risas…

Carmelo Fernández y José Ramón de la Cal nos explican la importancia de la excavación romana donde se ha hallado la estatua de «Paco».

Unos sótanos (a los que ha accedido encastillalamancha.es) donde supuestamente se ha terminado de descubrir una parte de lo que se conoce como el criptopórtico, «una galería soterrada a unos seis o siete metros del nivel de la calle y que conecta con las cisternas ya conocidas de Hacienda (en la calle Alfonso X El Sabio) y con el resto del edificio, que son las termas», según contó a encastillalamancha.es el director arqueológico de la obra, Carmelo Fernández.

Tanto a Gema como a Carmelo y al arquitecto José Ramón de la Cal se los ilumina la cara cuando hablan no solo de su «Paco», sino de la suerte, el empeño o el destino, cualquiera de ellas, que han tenido con una excavación donde también se podrán ver «otra serie de muros y edificaciones, salas calientes de las termas, que estaban provistas del tipico sistema de hipocausto, suelo romano sobre arcos y que afectaban a toda esta área, que seguramente continúan por toda la plaza de Amador de los Ríos y hay síntomas de prolongación hasta Hacienda, ¡la leche!«.

[ze_summary text=»Se podrán ver muros y edificaciones, salas calientes de las termas… Y hay síntomas de prolongación hasta Hacienda, ¡la leche!»]

Se podrán ver muros y edificaciones, salas calientes de las termas… Y hay síntomas de prolongación hasta Hacienda, ¡la leche![/ze_summary]

«Hay etapas que se van solapando unas a otras, amplitud cronológica desde el siglo I después de Cristo hasta el siglo V, decían que hasta el siglo III no tenían actividad las termas y ahora se sabe que sí. ¿De qué época son? Del siglo I al V, cuando se colapsa el edificio por las llegadas de otras culturas y hay una gran destrucción y también se buscan tesoros, Toledo era un mito…», nos cuenta Carmelo, con un entusiasmo propio de un estudiante que acaba de descubrir su templo perdido.

Toma mayor importancia el hallazgo, afirma José Ramón, «porque del Toledo romano se conoce muy poco y hay mucho todavía por descubrir. Aunque desde la fundación de la ciudad se sabía poco y desde hace unos años, gracias al Consorcio, se conoce mucho más».

«La Roma oculta existe en Toledo»

¿Cuál sería la relación de estas termas con el Circo Romano de Toledo? «Sí la tiene. Cuando se funda la ciudad había que dotarla de infraestructuras y de edificios públicos. Infraestructuras que abastecen de agua a la ciudad e infraestructuras de ocio, era la filosofía de los romanos, es la forma que tenían de conquistar al indígena. Y cuando se analicen bien los elementos iconográficos de decoración que han aparecido, y la escultura, la numismática y todas las piezas de cerámica podremos recomponer en cierta manera cuál ha sido esa parte oscura que todavía tiene la ciudad y de la que sabemos muy poco».

[ze_summary text=»Toledo es una especie de gran tesoro, la Roma oculta existe en Toledo, pero todavía no sabemos exactamente qué hay»]

Toledo es una especie de gran tesoro, la Roma oculta existe en Toledo, pero todavía no sabemos exactamente qué hay[/ze_summary]

Interesante, ¿verdad?

Y es que hay un patrimonio desconocido en la capital regional… «Toledo es una especie de gran tesoro, la Roma oculta existe en Toledo, pero todavía no sabemos exactamente qué hay: tenemos el circo, los restos del acueducto, el anfiteatro, lo que se perdió con la construcción del colegio Carmelitas… Y esta gran pieza equivalente al Circo por la traza y dimensiones constructivas que tiene y que pertenece a ese momento».

Una talla «que podría ser perfectamente de Miguel Ángel»

Los tres insisten en que sabían que la excavación que estaban realizando «era de una entidad importante, pero encontrar una escultura de este tipo ha sido una suerte, porque reimaginas cómo podía ser Toledo hade 2.000 años, una talla que podía ser perfectamente de Miguel Ángel, la cultura clásica está ya en Toledo hace 2.000 años, es un dato muy importante para la ciudad». Ahora hay que sacar la escultura entera porque hay que estudiarla, ver si tiene restos de policromía…

Y si finalmente se confirman que están en medio de unas termas, pues «aparecerán las piscinas, otro tipo de salas, las letrinas… Estamos dentro de un espacio romano, la orden de hacer esto la da el emperador desde Roma, es espectacular».

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Estamos dentro de un espacio romano, la orden de hacer esto la da el emperador desde Roma, es espectacular[/ze_summary]

Estamos a cuatro metros y medio debajo de la calle y también se podrá ver una galería de servicio, una estancia que se reutilizó como capilla particular en el siglo XIX… Una superposición de culturas en la que se ven los materiales utilizados: sillares romanos, un muro al que se le da uso en época medieval… O el suelo que pisamos, «de hormigón romano y que está en perfecto estado de conservación».

La idea es que este espacio (de propiedad privada pero cedido para poder ser visto tras su reconstrucción) lo puedan visitar toledanos y visitantes, «y que lo hagan con su propia lámpara», poniéndolos en situación, «como si fueran romanos». Aunque el viernes 14 se celebrará una jornada de puertas abiertas dentro de las Rutas del Patrimonio Desconocido que organiza el Ayuntamiento de Toledo a través del Consorcio, para la vuelta del verano ya se podrá ver, porque aún quedan dos o tres meses de trabajos en la excavación.

José Ramón insistió en que había que seguir excavando porque vio una evidencia clara…

Dejamos para el final la anécdota sin la cual hoy no estaríamos hablando de «Paco» ni de la su siesta que ha durado 2.000 años. Y nos lo cuenta Carmelo: «Descubrirlo fue gracias a José Ramón, quien insistió en que había que seguir excavando por ahí porque vio una evidencia muy clara: la aparición de un muro con un sillar, muro que seguía para abajo, cruzando la entrada. Tras quitar un metro de escombros… Apareció la estatua. Pero nosotros no vamos buscando tesoros, simplemente continuamos la traza que nos marcó el muro para tratar de recomponer la sala completa y fue cuando apareció la estatua, que la encontró Paco (el trabajador), quien desde entonces la tapa todos los días, la cepilla…».

Y Paco se despertó de su larga siesta que duraba aproximadamente unos 2.000 años…

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