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jueves, 18 de abril de 2024
Sergio Morate, en el interior de la Audiencia Provincial de Cuenca.
Sergio Morate, durante la vista oral en la Audiencia Provincial de Cuenca.
Se enfrenta a 48 años de cárcel - 23 octubre 2017 - Cuenca

Poco antes de las nueve y media de la mañana Sergio Morate llegaba a la Audiencia Provincial de la capital conquense para ser juzgado por dos delitos por los que le podrían condenar a 48 años de prisión si el jurado popular hace caso de la teoría de la Fiscalía. Está acusado del asesinato de Marina Okarynska y Laura del Hoyo, las dos jóvenes de Cuenca cuyos cadáveres fueron encontrados, enterrados en cal viva, en las pozas del río Huécar, en Palomera, en agosto de 2015. Un suceso que conmocionó a toda España.


 

Morate ha sido increpado por familiares de Laura, quienes han atravesado uno de los dos cordones policiales y han tenido que ser retenidos por los agentes justo antes de que Morate fuera bajado del furgón que le ha traído desde la cárcel de Estremera, en Madrid, donde se encuentra en situación de preventivo desde septiembre de 2015, apenas un mes después de que supuestamente matara a las dos jóvenes en su propia casa.

El juicio comenzará con la declaración del propio Morate y ha provocado la lógica expectación. De hecho, hay más de 30 medios de comunicación acreditados. Cuando el acusado ha llegado a la Audiencia, la familia de Marina ya estaba dentro.

La defensa pide que la vista se celebre a puerta cerrada

La defensa de Sergio Morate ha solicitado que el juicio se celebre a puerta cerrada, cuestión sobre la que se han mostrado en contra tanto el Ministerio Fiscal, como las acusaciones particulares y de la Junta, que también está personada en el caso por el posible caso de violencia de género.

La fiscal Cristina Moruno se ha mostrado contraria a cancelar la “publicidad” de este juicio dado que no incumple ningún principio por el que se pueda aplicar la puerta cerrada. Ha asegurado que solo hay momento en el que el orden público se puede ver alterado, que es a la entrada en la Audiencia, pero que entienden que quedan “excluidas la razones de orden público y seguridad”, y ha afirmado que “la sociedad tiene derecho a saber lo que está pasado”.

El Tribunal, tras la deliberación, ha decidido que rechaza la petición de la defensa. La última palabra la ha tenido el presidente de la Audiencia Provincial de Cuenca, José Eduardo Martínez, quien tras parar el juicio durante más de media hora dictaminado que será una audiencia pública y solo se cortará el sonido y la imagen con determinados testigos.

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Será un jurado popular formado por siete hombres y dos mujeres que deberán decidir si sobre las cinco de la tarde del 6 de agosto de 2015 Morate llamó a su expareja, Marina Okarinska, para que fuera a recoger varios objetos que aún estaban en su casa; y esta a su vez le pidió a su amiga Laura del Hoyo que le acompañara por el temor que tenía al carácter violento de Sergio…

El mundo se acabó para Marina y Laura…

A partir de ese momento el mundo se acabó para las dos jóvenes, cuyos cadáveres aparecieron seis días después, el 12 de agosto, en Palomera (Cuenca). Los que conocen el paraje afirman que hasta allí solo llegan quienes conocen bien esa zona.

La petición de la Fiscalía es de 48 años de cárcel para Morate: 25 años por el supuesto asesinato de Marina y 23 por el de Laura.

Lo que habrá que dilucidar a partir de hoy lunes es si Morate, una vez que las dos jóvenes entraron en su casa, la cerró con llave y primero golpeó de forma contundente a Marina con un objeto en la cabeza, quedando esta semiinconsciente, para luego colocarla una brida de plástico alrededor del cuello y apretando hasta que murió.

De inmediato, Laura intentó marcharse de la casa, pero Morate se lo impidió y comenzaron a forcejear, golpeándola de inmediato en la cabeza y apretándola del cuello hasta matarla. El objetivo era no dejar ningún testigo. Momentos después trasladaría los dos cuerpos hasta las citadas pozas con el fin último de que no fueran localizadas.

Morate negó desde el primer momento que fuera el asesino

Morate sería detenido en la localidad de Lugos (Rumanía), donde se marchó prácticamente de inmediato, el 13 de agosto, un día después de que fueran encontrados los cuerpos. Su versión de por qué se marchó a este país fue porque iba a ser el padrino del bautizo del hijo de un amigo. En septiembre de ese mismo año ingresó en la prisión de Estremera, en Madrid, tras ser extraditado.

El juicio está previsto que dure cinco días.

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