viernes, 19 de abril de 2024
En Guadamur (Toledo), tras la inesperada aparición de un manantial 19/03/2014junio 9th, 2017

Puede ser un hallazgo fundamental para comprender el paso de la cultura visigoda por la provincia de Toledo. Restos que podrían salir muy pronto a la luz.

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Es cierto que los arqueólogos, hasta que no sacan a la luz lo que lleva años “escondido”, en muchos casos siglos, no dan por bueno un hallazgo. Es cierto que la arqueología nos ha de deparar muchas sorpresas aún, pero no es menos cierto que en Guadamur (Toledo) están a punto de descubrir uno de los grandes misterios de los últimos años, que es conocer dónde están exactamente las tumbas donde se encontraron las famosas coronas de los reyes godos que adornaban las iglesias visigodas de Toledo y que fueron escondidas allí tras la invasión árabe a principios del siglo VIII, cuyo conjunto es conocido como el tesoro de Guarrazar y cuyos originales se encuentran en el Museo Arqueológico Nacional. Tesoro que, dicho sea de paso, le dieron fama y honores al lugar.

Porque, tal y como confirmaron a encastillalamancha.es el arqueólogo Juan Manuel Rojas y la alcaldesa de Guadamur, Sagrario Gutiérrez, el descubrimiento hace apenas unas semanas de un manantial en una zona del paraje de Guarrazar que llevaba años cubierto por un inmenso zarzal les ha llevado a prácticamente localizar dónde estaban las tumbas en las que hace ya muchos años se encontró el tesoro más importante del mundo visigodo.

O, lo que es lo mismo, el famoso «mapa» sui generis que dejara el prestigioso Amador de los Ríos en 1859 sobre la zona y que hasta el momento nadie había podido descifrar ya tiene sentido tras el hallazgo del manantial que, como decimos, ha podido dejar al descubierto el gran secreto de los visigodos en Guadamur.

Una zona que, en principio, se habían propuesto recuperar como área recreativa dentro de lo que es el paraje de Guarrazar y muy próxima al Centro de Interpretación donde se pueden ver las copias de las famosas coronas de los reyes, pero que al meter las máquinas para desbrozar el terreno y limpiarlo se encontraron con una sorpresa totalmente inesperada: el manantial del que siempre se había hablado pero que durante todos estos años, hasta ahora, situaban en otro lugar.

Lo que ha dado paso a ir descubriendo una nueva zona arqueológica que ha llenado de ilusión tanto a la alcaldesa como al propio Rojas, quien a su vez es el director y coordinador del proyecto global denominado “Guarrazar: arqueología y nuevos recursos”; y a los otros dos arqueólogos que participan activamente en esta historia, Luis García Vacas y Raúl Catalán.

“De estar perdidas las tumbas a encontrarlas, es un hecho histórico, pero los arqueólogos, hasta que no lo sacamos a la luz no lo afirmamos al 100 por 100”, explicó Rojas a este periódico.

Con las lógicas precauciones, la alcaldesa también mostraba su satisfacción por lo que puede ser el descubrimiento histórico de unas tumbas a las que hasta el momento nadie les había situado en el mapa de Guarrazar.

De momento, la zona está acotada y ya se vislumbran los anchos muros del edificio bajo el que estaba el citado manantial.

Recesvinto, Wamba… Si levantaran la cabeza…

Al fondo de la imagen, junto a los árboles, la terraza donde supuestamente están las tumbas que albergaron el famoso tesoro visigodo de Guarrazar.

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