Temperamental, ágil en las respuestas y con reflejos para cualquier escenario en el que tuviera que desenvolverse como portavoz, en Toledo se va a echar de menos a Blanca Fernández, la primera consejera de Igualdad de la historia en Castilla-La Mancha y portavoz del Gobierno la pasada legislatura. El baile político y las necesidades del partido han devuelto a Ciudad Real a esta mujer que se ha ido con el reconocimiento y el afecto de muchos periodistas. El propio presiente de la Junta, Emiliano García-Page, ha reconocido que se resistió a perderla… Pero las circunstancias mandan.
Delegada de la Junta en la provincia de Ciudad Real
«Me he resistido muchísimo a perder a Blanca Fernández, es un favor que hago a la provincia de Ciudad Real y quiero que me entendáis bien lo que digo», explicó Page tras escuchar a Blanca Fernández en su toma de posesión como delegada de la Junta en la provincia de Ciudad Real. Igualmente reconoció que le había hecho llorar cuando la ya exconsejera fue dando las gracias por el apoyo permanente a sus amigos más cercanos y a cada miembro de su familia. «Me has hecho llorar», dijo Page, que, como muchos otros asistentes, se vio reflejado en esa emoción: «Los cargos públicos los sufren mucho la gente que nos rodea».
El «gen del liderazgo» de Blanca Fernández
«Que no se te olvide que tienes que seguir muy en contacto conmigo, no se te ocurra tomar distancia», pidió a su delegada en Ciudad Real. Y concluyó sobre ella: «Hay gente, no demasiada, que nace con el gen del liderazgo y Blanca es una de ellas».
Ella, secretaria de Organización del PSOE ciudadrealeño y habituada a la estrategia política y al «aparato», con carácter y la plena confianza del secretario general del partido y hoy vicepresidente segundo, José Manuel Caballero, ha sido la pieza «sacrificada» en el tablero regional por necesidades del guión. Cuatro de Ciudad Real en el Gobierno de Castilla-La Mancha eran muchos y Caballero es el jefe. Con la Diputación, el Ayuntamiento de la capital y el de Puertollano, entre otros muchos, en manos del PP y Vox, el presidente ha decidido elevar notablemente el perfil político de los delegados de la Junta. Para asegurar una buena interlocución con las instituciones gobernadas por el Partido Popular y para tener buenos escudos si la cohabitación con el PP en las instituciones locales se torna confrontación. En este nuevo escenario, Blanca Fernández hace el camino de regreso a Ciudad Real como Álvaro Gutiérrez lo hará hacia la delegación de la Junta en Toledo y José Luis Escudero ya está en Guadalajara.
Ahora las aguas bajan tranquilas porque todo el mundo está llegando, pero con el avance de la legislatura y el discurrir del calendario hacia las próximas elecciones autonómicas y municipales las aguas se revolverán. Seguro. Las encuestas anuncian que habrá un gobierno del PP de Alberto Núñez Fijóo con Vox de Santiago Abascal. No leer el mapa sería un error. Page necesitaba reforzar la administración periférica de la Junta. Y lo ha hecho en el primer movimiento de la legislatura.
