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viernes, 17 de mayo de 2024
Beatriz Valdivieso. Fundadora de Lapicoteca de Mielibea
Beatriz Valdivieso. Fundadora de Lapicoteca de Mielibea
bien cultural y sostenible irremplazable - 16 agosto 2023

Lo que comenzó como una curiosidad y una pasión personal para Beatriz Valdivieso pronto se convirtió en un movimiento por la preservación de las abejas y su entorno. Lapicoteca de Mielibea es una iniciativa que fusiona la conservación del ecosistema de las abejas con la conexión humana y la conciencia ambiental.

Imagen de abejas de Beatriz Valdivieso, fundadora de Lapicoteca de Mielibea

Imagen de abejas de Beatriz Valdivieso, fundadora de Lapicoteca de Mielibea

De la cámara al alzacuadros

Beatriz Valdivieso, fundadora de Lapicoteca de Mielibea, empezó desarrollando de manera autodidacta entre picaduras, reflexiones y mucha investigación lo que acabó en un proyecto laboral para conservar a uno de los polinizadores más amenazados y a todo aquello que les rodea: las abejas.


«Creo que es posible relacionarse con el entorno de forma respetuosa, creativa e integradora; conociendo y comprendiendo lo que éste nos proporciona, no sólo a nivel físico sino también emocional» nos cuenta Beatriz.

Por ello también su proyecto apoya a los pequeños productores y artesanos. «En Guadalajara tenemos la denominación de miel más antigua del mundo pero también te encuentras con familias que, de forma tradicional, siguen manteniendo alguna colmena de sus antepasados, y que más que miel o productos de la colmena para autoabastecimiento acaban realizando servicios para y por los ecosistemas» relata Beatriz. Sin embargo, detrás de esta dedicación también existe una cara «menos amable». Colonias de abejas que mueren, espacios naturales que cambian y animales que migran a espacios urbanos. Este ha sido el detonante que para Beatriz ha propiciado la necesidad de contar en Guadalajara con un proyecto como Lapicoteca de Mielibea.

Un «laboratorio itinerante»

Este proyecto abarca varias áreas desde la divulgación hasta el diseño de material didáctico y la oferta de productos sostenibles, una combinación que presenta a las abejas «como bien cultural y sostenible irremplazable«. Así para Beatriz es fundamental hacer productos accesibles y personalizados pero, sobre todo, «manteniendo el control de lo que se produce a pequeña escala». Esto es posible con un modelo itinerante de dinámicas, talleres y jornadas y otro fijo  en una granja-escuela a 20 kilómetros de Guadalajara.

Beatriz nos explica como es su propia experiencia y formación artística y visual las que impregnan cada una de las animaciones, vídeos y demás recursos de Lapicoteca. Todo con el objetivo de convertirla en «un laboratorio de mediación ambiental, donde utilizar los cinco sentidos para aprender y divertirse».

«Hay que ir más allá de dar un paseo por el campo, ver el funcionamiento de una colmena, o probar la miel y el polen que producen las abejas» cuenta Beatriz. «También hay que descubrir de dónde vienen esos productos y disfrutar de sus beneficios sin expoliarlos. Es cuestión de infundir valor a las cosas».

Un cambio de actitud

Por el momento, este proyecto que «acaba de emprender el vuelo» está teniendo buena repercusión entre aquellos que se acercan a conocer «el mundo de las abejas» a través de la experiencia de Beatriz y Lapicoteca de Mielibea. Son pequeños cambios los que denotan el interés del público por seguir aprendiendo de la naturaleza.

«Muchas veces preguntan antes por el estado de “las abejitas” que por el mío. Simplemente que las nombren en diminutivo denota un cambio de actitud» expresa Beatriz.

Además, el cambio no solo viene hacia las abejas también hacia otros insectos menos amigables como las avispas. «Cuando a la gente le explicas que las avispas también polinizan, que especies como las orquídeas dependen de ellas y que son clave para la descomposición de materia orgánica o para el control biológico de plagas de insectos y evitar el uso de pesticidas y plaguicidas, la reacción es tremenda» revela Beatriz.

Cuestiones que demuestran que todavía «existe mucho desconocimiento» según nos cuenta Beatriz. «Es
precisamente aquí donde Lapicoteca entra en juego, fomentando la necesidad y el cuidado de los polinizadores, de los ecosistemas sanos y diversos para garantizar un futuro saludable, guste o no la naturaleza».

Su fundadora lo tiene claro «un proyecto de todos y para todos» que no solo se centra en jornadas de sensibilización sino también en actividades «más ambiciosas» de fin de semana e inclusivas para todo tipo de público. El único requisito: ganas de conocer lo que hay detrás de cada cucharada de miel.

O como la propia Beatriz dice: «aprender aunque sólo sea un poquito de la relación equilibrada que mantienen las abejas con su entorno para poder crear redes ya no se sensibilización humana, sino de polinización»

 

 

 

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