Apenas había acabado de aterrizar en el Consejería de Educación, Marcial Marín se encontró con unas declaraciones del rector avisando de que la Universidad de Castilla-La Mancha estaba al borde de la quiebra si la Junta no pagaba. Hoy ese rector ya no está y el consejero dice que uno de los grandes problemas de la Universidad regional es la doble negligencia cometida por el Gobierno anterior, que no pagaba; y el rector saliente, que no reclamaba lo que se le debía. Ahora hay que sentarse con el nuevo equipo rector y ver si la última expansión aprobada era lo más conveniente o se hizo siguiendo criterios políticos. Aún no se cree el consejero que días antes de las elecciones autonómicas de mayo de 2011 se pusieran primeras piedras de nuevas obras cuando no se pagaban ni las móminas desde diciembre de 2010.
Cuando dice que la Universidad que se ha encontrado es una bomba de relojería, ¿se refiere a los aspectos económicos, a los académicos o a los dos?
Me refería especialmente a lo económico. El que fue consejero de Educación y presidente de la comunidad después, que se sacó el título de catedrático siendo consejero, no entiendo cómo pudo ningunear y olvidarse de la Universidad no pagando la nominativa, que es el dinero que tiene que ingresar mensualmente la Junta, desde diciembre de 2010. Nos entregaron una bomba de relojería a punto de explotar y me parece una irresponsabilidad sin límites que nadie se quejara de eso y que días antes de las elecciones se pusieran primeras piedras de facultades a sabiendas de que ni siquiera se había ingresado el dinero para pagar las nóminas. Era una falta de respeto a los profesores y catedráticos que se han estado dejando la piel para que la Universidad sea la propia del siglo XXI. Es lo que nos proponemos, lo que hemos hablado con el nuevo rector y vamos a firmar un nuevo contrato programa que se adapte a los tiempos y que, sobre todo, luche por la calidad en la educación.
El PP criticaba desde la oposición a la Universidad porque la consideraba un reducto de gente afín al PSOE. ¿Es ésa nuestra Universidad?
Lo que le puedo decir es que ha habido elecciones y por primera vez se han presentado seis candidatos. Antes había uno o dos, pero ahora se ha demostrado que la Universidad es más libre que nunca. En el Gobierno lo hemos visto desde la ventana de la neutralidad, nos hemos reunido con los seis candidatos y hemos prometido al ganador una leal colaboración, porque la Universidad es un buque insignia que nos tiene que permitir tener una juventud muy bien preparada, que es la base fundamental para tener un buen futuro. Desde que entró el Gobierno de María Dolores de Cospedal hemos pagado más de 45 millones de euros, cosa que no habían hecho otros en siete meses.
A juicio del consejero, ¿la gestión de Ernesto Martínez Ataz, ¿merece aprobado o suspenso?
Diría que con respecto a la Universidad ha habido dos negligencias. Una, activa, por parte del Gobierno, que no pagaba. Y otra pasiva, por parte del rector, que no denunciaba la falta de pago y por eso hoy la situación es la que es. Si el rector hubiera sido valiente, sincero exigente y hubiera defendido de verdad la transparencia, la situación hoy en la Universidad no sería tan difícil.
¿Le ha dicho Martínez Ataz porqué no reclamaba los pagos al Gobierno anterior?
Me ha enseñado cartas que mandaba a la exconsejera, pero que no hacía públicas. Hay que ser valientes cuando se defiende una institución y denunciar las cosas para que las dimensiones del mal no lleguen hasta donde están hoy y que nosotros vamos a intentar salvar.
¿Qué va a hacer con esas obras que ha descubierto que no están hechas, pero sí pagadas?
Lo primero, decir la verdad, que los ciudadanos sepan las prácticas del anterior Gobierno. Se hacían obras fantasma que suponen un insulto a la inteligencia y una malversación de dinero público de la que alguien tendrá que responder. Tendremos que tomar una decisión sobre estas facturas pagadas sin estar la obra hecha, porque no hay un único caso. Son reflejo de la peor época económica, financiera y de gestión de un gobierno en Castilla-La Mancha.
¿Se replantean el plan de expansión y nuevas titulaciones aprobado por la Universidad y cuyo buque insignia era la instalación de una facultad de Medicina en Ciudad Real?
En época de crisis hay que priorizar y lo primero es salvar las nóminas y lo que ya está en funcionamiento. Para la obra nueva habrá que esperar un poco. Dentro de las relaciones bilaterales que vamos a mantener con el nuevo equipo rector tenemos que ver si esas titulaciones eran las apropiadas y que quería de verdad la Universidad. Creo que hay muchas cosas que pueden mejorarse o reajustarse y, respetando la autonomía de la Universidad, vamos a establecer un contrato programa para ver qué es lo mejor y más inteligente.
¿Le ha adelantado algo el nuevo rector sobre las titulaciones que están pendientes de desarrollo?
Me ha dicho que conviene reflexionar sobre ellas y estamos de acuerdo.