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14/11/2011junio 14th, 2017

Ciudadrealeño, concretamente de Calzada de Calatrava, es el pegamento Imedio, el de toda la vida. Lo inventó un vecino del municipio, aunque en la actualidad se fabrica en Holanda.

Hay que remontarse a 1935 cuando Gregorio Imedio decidió probar una mezcla de celulosa con disolvente (acetona) para pegar las películas que proyectaba para él y sus amigos porque se rompían mucho. Gregorio regentaba una droguería y de esa mezcla nació el primer tubo de pegamento Imedio.


Sin duda fue un gran descubrimiento y un invento muy preciado para todos. «Entonces se pegaba todo», comentaba Joaquina Caballero, que lleva toda su vida en la empresa y continúa en ella después incluso de que se vendiese en los años 90 del siglo pasado.

Y se pegaba todo lo que se rompía porque en aquella época «valía más un plato que el pegamento».

Durante los años de la Guerra Civil pararon la fabricación, pero tras ella llegaron con fuerza. «Imedio solo vendía en España, pero era suficiente», matizaba Joaquina, quien recordaba que en aquellos años se hacían entre 80.000 y 90.000 tubos al día y «no llegaban a abastecer a toda la demanda» que existía.

LOS DIFÍCILES INICIOS

Pero llegar hasta ahí costó mucho, así se recoge en la historia que Imedio publica en su página web y donde se apunta que fue Pedro Ciudad, cuñado de Gregorio Imedio, el que decidió «vender una mula y una guitarra que eran sus más preciadas posesiones y con 6.000 pesetas de la época empezaron a comercializar el adhesivo que lo pegaba todo».

Empezaron llenando los tubos «en sus casas con unas jeringuillas y los vendían por el pueblo y los alrededores».

Al final lograron tener a más de 70 representantes por las plazas más importantes de España y tres tamaños: el pequeño, de cuatro milímetros; el mediano, de ocho; y el grande de 20.

En aquellos años hasta su precio puede llamar la atención hoy en día, ya que rondaba los 40 céntimos de peseta. Eran otros tiempos. Los años en los que solo estaba Imedio, «el producto básico, el azul».

UNA EMPRESA MODELO

La empresa de Gregorio Imedio consiguió ser ejemplo para muchas otras y única en su especie. Tenía piscina, jardines, acuario… «Era increíble», recuerda algún vecino del municipio ciudadrealeño.

En los años 90 del siglo pasado Bison Internacional adquirió la empresa de Calzada y pasó a formar parte del grupo Bolton.

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