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26/08/2013junio 12th, 2017

Representa a un colectivo de profesionales con 140 años de antigüedad y experiencia a sus espaldas. Luis Díaz Villaverde es el presidente en Castilla-La Mancha de la asociación que engloba a los agentes medioambientales. A través de esta plataforma hace las veces de portavoz para conseguir que los recortes no se queden exclusivamente en datos y cifras y mostrar cómo están afectando a las tareas que llevan a cabo día a día y, lo que es peor, a la conservación del entorno y a la prevención de los incendios.
En la entrevista concedida a encastillalamancha.es, ha expresado la preocupación de este colectivo por cuestiones tan básicas como la prevención de los fuegos -señala que, después de décadas, el pasado invierno fue el primero en el que no se ha realizado ningún trabajo preventivo- o la investigación de la causas, de ahí que acuse a la Junta de inducir al delito. Actualmente en Castilla-La Mancha hay 530 agentes medioambientales, un número que según el Plan de Conservación tendría que ser de 700. Dependen de la Consejería de Agricultura ostentando autoridad de Policía Judicial en supuestos delitos penales.

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¿Cómo está siendo el verano en materia de incendios?

De momento el verano no va del todo mal, pero todavía queda mucho. Estamos prácticamente en la mitad de la época alta de incendios forestales que acaba el 30 de septiembre. No obstante, para ser objetivo lo mejor es comparar la superficie quemada, no con la del año pasado, sino con lo que ocurría hace 10 años. Es cierto que el año pasado fue un año grave porque hubo muchos incendios debido a la sequía y a las olas de calor. De todas formas, sí que prevemos que este verano vaya a haber grandes incendios y cuando nos referimos a grandes incendios se trata de fuegos que queman más de 500 hectáreas. Esto es porque en primavera ha llovido mucho y a estas alturas hay mucho combustible fino y seco. Prevemos que va a haber grandes incendios que tendrán mucho que ver con la mano humana. Aproximadamente el 90 o 95 por 100 de los incendios forestales en Castilla-La Mancha tiene que ver directa o indirectamente con el hombre. Mayoritariamente son negligencias.

¿Y qué resultados se obtienen de esa comparación de los últimos 10 años?

Se observa que hay mayor número de grandes incendios.

¿Cómo están afectando los recortes tanto a la prevención como a la extinción de incendios?

En 2010 el presupuesto para todo el año –tanto para trabajos de prevención en invierno como para la extinción en verano- era de 118 millones de euros en Castilla-La Mancha. En el año 2013 tenemos 69,4 millones. Las cifras lo dicen todo. Madrid, una región bastante más pequeña que Castilla-La Mancha, tiene unos 110 millones de euros.

¿En qué se ha recortado?

Se han reducido drásticamente las patrullas de pronto auxilio; se han reducido torretas -ahora mismo en Castilla-La Mancha no queda ninguna torreta que trabaje las 24 horas, el turno de noche se ha suprimido-; se han suprimido medios aéreos; se ha suprimido maquinaria pesada tipo bulldozer, que es muy útil para perimetrar grandes incendios; y se han suprimido medios humanos -hace tres años éramos 3.000 personas tanto técnicos, como agentes medioambientales y trabajadores de la empresa pública Geacam, y ahora somos 2.600-. Desde esta asociación estamos muy asustados. Ya hemos advertido de la situación. Este invierno, después de décadas y debido al ERE de Geacam, no se ha realizado ningún trabajo preventivo en el monte y todos sabemos que los incendios se apagan en invierno a través de estas labores. Por lo tanto, hay mucho combustible que se está secando y que es susceptible que arda fácilmente.

¿Por eso, entre otras razones, esperan grandes incendios?

Sí porque hay mucho combustible en el monte y no hay tantos medios como antes. Por eso prevemos que vamos a tener dificultades en apagar los pequeños incendios. Todos sabemos que los fuegos hay que apagarlos en seguida. Nosotros decimos que los incendios hay que apagarlos a pisotones porque cada minuto cuenta. En tres minutos un incendio puede avanzar rápidamente.

Esos recortes, ¿cómo se han notado en el monte?

Los agentes medioambientales, como funcionarios públicos adscritos a la Consejería de Agricultura, nos dedicamos a la dirección de extinción y somos los que investigamos o investigábamos, entre comillas, todos los incendios en el medio natural. Son las denominadas BIIF, Brigadas de Investigación de Incendios Forestales, los llamados CSI del monte. Los compañeros que se dedican a la investigación son auténticos profesionales. Han esclarecido prácticamente todos estos incendios que están saliendo en la prensa y han llegado a imputar a los presuntos responsables. La administración se está cargando la brigada de investigación de incendios y nos está apartando poco a poco. ¿Cómo nos aparta? Todos estos años cuando surgía un incendio el equipo de investigación se iba rápidamente a la zona. Eso se llama disponibilidad absoluta y despacho automático. Pero ahora mismo tienes que esperar a que te llame el jefe o el técnico de turno. Igual te mandan investigarlo o igual no te mandan. Estamos elaborando un escrito para la Fiscalía General del Estado de queja porque vemos un posible ilícito penal y es que, a nuestro juicio, por parte de la Junta se está induciendo al delito en el sentido de que se están dejando de investigar incendios forestales.

¿Se está extendiendo esta práctica de no investigar los incendios?

Es algo que ha empezado este año. La administración nos está poniendo filtros a la hora de dirigirnos al órgano judicial correspondiente. Cuando los agentes medioambientes nos encontrábamos un supuesto ilícito penal como puede ser un incendiario, un pirómano o una construcción en un espacio natural protegido, podíamos acudir directamente al órgano judicial. Sin embargo, han sacado instrucciones que nos prohíben dirigirnos a la justicia. Es algo que hemos denunciado a la Fiscalía. Son instrucciones nulas de pleno derecho porque contradicen la Ley de Enjuiciamiento Criminal ya que además de ser agentes de la autoridad somos policía judicial y cuando sabemos de un hecho ilícito penal tenemos que dar conocimiento al órgano judicial. La situación en la investigación de incendios está bastante complicada. Aún así todos estos grandes incendios que están saliendo en la prensa han sido investigados por los compañeros con un éxito rotundo; hay imputadas varias personas.

¿Los agentes medioambientales se sienten relegados por parte de la administración?

Creemos que nos quieren dejar de lado y nos están ninguneando continuamente. Incluso, la consejería no nos menciona en las tareas de extinción e investigación de incendios y eso que nosotros somos un cuerpo que tenemos 140 años de antigüedad. Nos llama la atención y estamos muy ofendidos con la consejera. No hay ningún colectivo que conozca el territorio mejor que nosotros. Cuando sale humo, conocemos tan bien el territorio y las condiciones climatológicas que muchas veces antes de llegar a la zona estamos en condiciones de tomar medidas. Somos 530 agentes medioambientales repartidos por todo el territorio regional y según el Plan de Conservación tendríamos que ser 700.

¿Los incendios provocados por el hombre son negligencias, son pirómanos…?

Primero hay que diferenciar entre incendiario y pirómano. El primero es una persona que busca una finalidad a la hora de prender un fuego. El pirómano tiene un trastorno mental y requiere de un tratamiento; no persigue una finalidad. Con la ley estatal de montes ya no se pueden recalificar los terrenos afectados por un incendio hasta que pasen 30 años. Ahora el ministro Arias Cañete quiere cargarse lo de los 30 años y que se pueda construir en terreno incendiado a juicio de la administración competente. En Toledo, en Almorox -excepto el fuego que quemó 1.400 hectáreas y que fue provocado por una máquina desbrozadora-, todos los demás han sido provocados intencionadamente. Creemos que ha sido un pirómano porque tenemos antecedentes históricos y conocemos la zona. Esto también pasó hace dos años en Los Navalucillos con otro supuesto pirómano.

¿Cuáles son las principales causas de los incendios por negligencia?

Uno de los incendios más comunes que se originan en Castilla-La Mancha son los provocados por cosechadoras. La causa del incendio de Valdepeñas-Tortuero en Guadalajara fue provocado, supuestamente, por una cosechadora agrícola. Estas máquinas trabajan muchas horas y en épocas de mayor alerta por calor. Cuando bajan el peine, que es lo que corta el cereal, el contacto del protector del peine con las piedras produce chispas. Nosotros tenemos una orden desde el año 2006 que dice que este tipo de vehículos debe tener un dispositivo de ‘matachispas’ en el tubo de escape, un extintor y cosechar desde el perímetro de la parcela hacia el interior en aquellas áreas que delimiten con terreno forestal. Pero no es suficiente. Hemos propuesto en un informe que acabamos de elaborar que se exija también un depósito de agua adicional, una mochila extintora, algún pack de fuego, tener muy engrasados las correas y engranajes y que tengan pasadas las ITV. Son medidas lógicas y coherentes que a fecha de hoy no se están cumpliendo. Otra de las causas de las negligencias son los tendidos eléctricos en mal estado, que es de lo poco que están pudiendo estudiar las brigadas de investigación. Cuando se detecta uno en malas condiciones se llama a la compañía eléctrica y se les advierte de los riesgos y de las posibles sanciones; si no hacen caso se procede a la denuncia. La Junta debe personarse como acusación particular en la mayoría de los incendios. Me gustaría saber si se ha personado ya en el incendio de la comunidad de Madrid que afectó a Almorox o en el de Valdepeñas-Tortuero en Guadalajara. Se tiene que personar, tiene que exigir daños y perjuicios porque los incendios los pagamos todos los ciudadanos de Castilla-La Mancha y es mucho dinero lo que cuestan.

¿La Junta no se persona?

Es algo que me gustaría saber, anteriormente sí que lo hacía en muchos incendios. Esa información tiene que ser pública.

Los causantes de los incendios, ¿suelen llegar a los tribunales?

Es muy difícil que un pirómano, incendiario o alguna persona que ha sido negligente llegue a los tribunales. Ahora mismo la justicia en España lo llevaría ante un jurado popular, algo con lo que estamos en contra. Entendemos que este tipo de delitos los tiene que juzgar un juez competente y los tiene que llevar el Ministerio Fiscal. Creemos que deben ser verdaderos profesionales y no un jurado popular integrado por ciudadanos porque a veces es muy difícil explicar este tipo de cosas; es algo muy técnico.

¿En Castilla-La Mancha hay zonas más propensas a sufrir incendios?

Hay zonas especialmente peligrosas pero depende de muchos factores. Si las cosas se hacen bien, si hay prevención y se trabaja en invierno y luego hay medios materiales suficientes, no tendría por qué haber zonas especialmente complicadas.

¿Cuál ha sido la situación más complicada que ha vivido en un incendio?

Recuerdo que hubo un año con tres grandes incendios en la comarca de la Jara. Estábamos en un cortafuegos de 20 metros desprovisto de vegetación esperando a que llegasen las llamas para hacerlas frente. Sin embargo, el fuego nos brincó y fue una situación de mucho riesgo porque llegó a pasar por encima de medios materiales. También fue complicado cuando estuve destinado desde Castilla-La Mancha a ayudar a compañeros de Galicia, donde la orografía es compleja y hay muchas casas dispersas por el monte. Nunca se me olvidará cuando llegamos a Bayona; estaban llegando las llamas a unas casas de monte. Allí una señora mayor vestida de negro con una manguera intentaba hacer frente a unas llamas de 10 metros y no había manera de sacarla del lugar. Para nosotros, las situaciones de más riesgo son las que tienen que ver con zonas de interfaz urbano-forestal, esto es, urbanizaciones enclavadas en el monte.

¿Qué caso más grave ha visto en Castilla-La Mancha al margen del incendio de Guadalajara en el que fallecieron 11 personas?

Al margen del de Guadalajara, son de destacar incendios que ha habido en la Jara; en la zona de Guadalupe, en Extremadura, cuando fuimos ayudar a los compañeros de esta comunidad; o el que hubo hace dos años en Los Navalucillos. Cuando pasan de 500 hectáreas quemadas, el incendio se puede complicar mucho. Los incendios forestales son muy imprevisibles y peligrosos y se necesita gente muy preparada y cualificada. Nosotros proponemos que se dignifique a la gente de los retenes, que es gente del medio rural que conoce el territorio. Esto es muy importante. Más que destinar dinero para la UME, planteamos que se contrate a gente del medio rural.

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