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sábado, 27 de abril de 2024
FEIJÓO OLVIDA LA CONSTITUCIÓN Y DICE QUE EL REY NO DEBE PROPONER A SÁNCHEZ - 13 agosto 2023 - Madrid
Agustín Yanel Agustín Yanel

Aunque la Constitución no dice que el candidato que gana unas elecciones generales debe ser siempre el que proponga el Rey para presentarse a la investidura, Alberto Núñez Feijóo y otros dirigentes del Partido Popular repiten a diario esta inexistente teoría. Argumentan que así lo establece «la tradición democrática de 45 años», pero no dicen que eso no es lo que prevé la Carta Magna.

El PP no ganó las elecciones autonómicas del 28 de mayo en Extremadura ni en Canarias, pero gobierna en ambas comunidades gracias a los pactos legítimos que ha alcanzado con Vox y con Coalición Canaria, respectivamente. Ese día tampoco ganó las elecciones municipales en más de cien ayuntamientos en los que ahora gobierna gracias a los pactos legítimos que ha firmado con otros partidos, sobre todo con la ultraderecha que lidera Santiago Abascal.


Los pactos del PP para gobernar donde no ha ganado son legítimos y los del PSOE también

Todos esos pactos son legítimos, como también lo es cualquier pacto que pudiera alcanzar el PSOE con otros partidos políticos para que Pedro Sánchez continúe al frente del próximo Gobierno, por mucho que desde el PP se empeñen en decir lo contrario y pongan en duda esa legitimidad. Los populares van por el peligroso camino de interpretar la Constitución como mejor les conviene y poner en duda la legitimidad de todo lo que no se acomode a sus intereses.

En las elecciones generales, la ciudadanía que vota no elige al presidente del Gobierno, sino a sus representantes en las Cortes Generales. El artículo 99 de la Constitución establece que, después de esa renovación del Congreso de los Diputados, «el Rey, previa consulta con los representantes designados por los grupos políticos con representación parlamentaria, y a través del presidente del Congreso, propondrá un candidato a la Presidencia del Gobierno».

Tanto Alberto Núñez Feijóo como Cuca Gamarra (secretaria general del PP), Elías Bendodo (coordinador general) y otros dirigentes califican de «anomalía democrática» que Pedro Sánchez, siguiendo escrupulosamente lo que establece la Constitución, esté intentando conseguir de otros partidos los 176 votos de la mayoría absoluta que necesita para ser investido presidente en primera votación en el Congreso o, en todo caso, lograr más votos que Feijóo. Esto es lo que se hace en democracia: negociar para alcanzar acuerdos.

En cuatro países de la UE gobiernan dirigentes que no ganaron las elecciones

El presidente del PP ha dicho que no se puede ir a Bruselas con la «anomalía democrática» de ser presidente del Gobierno sin haber ganado las elecciones. «Es importante que, cuando te reúnes con el presidente de la República Francesa o con el canciller alemán o con el primer ministro sueco, te reúnas porque has ganado las elecciones». Si no es así, ha añadido:»Empiezas a devaluar la democracia española y al final todo empieza a ir de forma decadente».

Con esta sorprendente interpretación de las relaciones internacionales y de la democracia, Feijóo olvida que el primer ministro de Suecia, Ulf Kristersson, sólo tuvo el 19% de los votos, mientras los socialdemócratas lograron el 30%; que en Bélgica es primer ministro Alexander de Croo, pese a que quedó el quinto en las elecciones; que Leo Varadkar fue el tercero en Irlanda y gobierna en ese país; y que Xavier Bettel, que está al frente del Gobierno de Luxemburgo, también quedó tercero en las elecciones. Todos ellos gobiernan porque han llegado a pactos legítimos con otros partidos para tener los votos necesarios en sus parlamentos y ser investidos presidentes. En eso consiste la democracia, aunque el PP parece ignorarlo ahora por sus intereses partidarios.

Cuestión distinta es que el PP critique que Pedro Sánchez esté dispuesto a hacer determinadas concesiones a los partidos independentistas y nacionalistas catalanes, sobre todo a Junts, una formación política liderada por un prófugo de la Justicia, Carles Puigdemont. Habrá quienes vean bien esas negociaciones y habrá quienes las rechacen. Hay que esperar a ver qué concesiones, en su caso, otorga el PSOE a cambio de esos votos, pero ya ha dicho claramente que todo lo que negocie estará dentro del marco de la Constitución; es decir, que nada de amnistía ni de referéndum de autodeterminación en Cataluña.

El 17 de agosto, jueves, se constituirán las Cortes Generales y sus señorías elegirán en votaciones secretas a las personas de las Mesas del Congreso de los Diputados y del Senado. PSOE y PP están intentando conseguir los apoyos necesarios para poder presidir ese órgano de gobierno de la Cámara Baja, y será totalmente legítimo tanto si lo presiden los socialistas como los populares, sea cual sea su composición.

Poner en duda el sistema del voto por correo, como hizo el PP antes de las elecciones, o cuestionar ahora la legitimidad de Pedro Sánchez para ser presidente, si logra los apoyos suficientes, y reunirse en Bruselas con los demás mandatarios de la Unión Europea no es nada democrático.

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