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sábado, 27 de abril de 2024
El PP dice que el próximo Gobierno será ilegítimo y que España ya es una dictadura - 14 noviembre 2023 - Madrid
Agustín Yanel Agustín Yanel

Cuando han transcurrido cuatro meses desde las elecciones generales y un mes y medio desde que Alberto Núñez Feijóo no consiguió los votos suficientes para llegar a la Moncloa, el PP, Vox y muchos de sus seguidores parecen no haberse enterado aún de que en una monarquía parlamentaria es investido presidente quien obtiene el respaldo de la mayoría absoluta del Congreso de los Diputados o, en segunda votación, de la mayoría simple: más votos síes que noes. No aceptan que eso es lo que establece la Constitución y contribuyen a aumentar la crispación con declaraciones impropias de políticos con un mínimo de seriedad que producen vergüenza ajena.

¿Se puede criticar al presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, cuando no se esté de acuerdo con él y con lo que haga o deja de hacer? Claro que sí, se puede y se le debe criticar. También puede criticar, quien no comparta su decisión, las cesiones que ha hecho a los independentistas catalanes de ERC y Junts para que voten su investidura. Y se puede criticar la ley de amnistía; y la incoherencia de Sánchez, los ministros y dirigentes del PSOE que hasta hace pocos meses decían que la amnistía era inconstitucional y ahora aseguran lo contrario.


Críticas fundadas, sí; crispación y discursos de odio, no

También se puede y se debe criticar que Pedro Sánchez aún no haya dado explicaciones claras y amplias -él, no otros portavoces- de las negociaciones con los independentistas para lograr sus votos y de los motivos que le han llevado a cambiar radicalmente de opinión para decir ahora que la amnistía encaja plenamente en la Constitución. Ya se sabe que hay juristas de reconocido prestigio que defienden esta tesis y otros, también de reconocido prestigio, que opinan lo contrario.

Pero lo que no deberían hacer quienes se dedican a la política y aspiran a gobernar, porque no es lo que espera la ciudadanía de ellos y ellas, es crispar, lanzar discursos de odio o acudir a manifestaciones ilegales como han hecho Santiago Abascal y otreos dirigentes de Vox y del PP en las protestas ante la sede nacional del PSOE en Madrid, que cada noche han terminado con incidentes violentos, heridos y detenciones.

Cuca Gamarra, secretaria general del PP y su portavoz en el Congreso, ha dicho que el Gobierno que surja del pacto del PSOE con los independentistas catalanes será ilegítimo y fruto de un fraude electoral. Eso, y ella lo sabe, es totalmente falso: Pedro Sánchez será presidente si, como parece seguro, el día 16 de noviembre obtiene en la sesión de investidura la mayoría absoluta de los votos o, en segunda votación, la mayoría simple, tal como establece la Constitución en su artículo 99.

Díaz Ayuso: «Nos han colado una dictadura por la puerta de atrás»

Uno de los mayores disparates, como casi siempre, lo ha dicho la polémica presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. Se ha atrevido a afirmar que el acuerdo con los nacionalistas que asegura la investidura de Sánchez es una manera de «entrar en una dictadura. Han estado con que viene Franco, la ultraderecha, y nos han colado una dictadura. Nos la han colado por la puerta de atrás».

Ayuso sabe que Pedro Sánchez será investido presidente si logra la mayoría de votos necesaria. Pero el cumplimiento de ese mandato constitucional a ella le parece que también forma parte de una dictadura. «Como los grandes dictadores a lo largo de la historia, se cuelan a través de los parlamentos; el modelo de país lo hemos de decidir todos los españoles y en el momento que ha decidido que los votos están por encima de las leyes, eso es dictatorial. Las dictaduras van carcomiendo, van poco a poco y estamos al comienzo de la misma», ha declarado en Antena 3.

Tampoco se ha quedado atrás, a la hora de decir tonterías, el vicesecretario de Organización del PP, Miguel Tellado: «Por permitir esta humillación del país, del Estado de Derecho, de la separación de poderes que es esencial en cualquier democracia, creo que quien debería irse de este país en un maletero es el propio Pedro Sánchez», ha declarado.

El presidente de Vox, Santiago Abascal, ha afirmado sin ruborizarse que lo que está haciendo Pedro Sánchez al negociar con los independentistas es dar un golpe de Estado. Él no recordará la intentona golpista del 23F, que fue un intento fallido de golpe de Estado, porque entonces tenía cinco años; pero como licenciado en Sociología que es y como persona dedicada a la política desde hace 24 años debería saber que negociar es lo más propio de una democracia, aunque no guste el resultado de esa negociación. Y eso no se parece en nada a un golpe de Estado.

Que este tipo de declaraciones las haga el líder de la ultraderecha no sorprende, porque ese partido no se caracteriza precisamente por respetar las normas de la democracia. Pero que lo digan dirigentes del principal partido de la oposición, que aspira a gobernar en España, es un disparate. Uno más de los que desde hace tiempo está cometiendo el Partido Popular, porque todavía no aceptan que, aunque ganaron en número de votos las elecciones generales del pasado 23 de julio, el resultado no le permite a Núñez Feijóo ser presidente porque solo ha conseguido el apoyo de Vox y los dos votos de Unión del Pueblo Navarro (UPN) y Coalición Canaria (CC).

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