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04/12/2011junio 14th, 2017
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Algo muy profundo, aunque aún bastante silencioso, se mueve en el PSOE de Castilla-La Mancha. Dimisiones, escritos pidiendo congresos extraordinarios y declaraciones que no encajan en la versión oficial son escenarios que la mayoría no habíamos conocido en el Partido Socialista. Al menos en el que tomó las riendas José Bono.

Pero el golpe más fuerte al barredismo lo propinó el domingo 4 el número dos de Emiliano García-Page, Jesús Fernández Vaquero, vicesecretario de los socialistas toledanos. El veterano dirigente socialista desenfundó por la mañana con un buen número de verdades como puños y reflexiones de puro sentido común que seguramente están en la mente de la mayoría de los militantes socialistas, pero quedan muy lejos del !a las barricadas! que entona la dirección regional. 


Vaquero abandonó el Comité Provincial, unido como una piña en torno a Page, para hacer las delicias de la prensa con una serie de reflexiones que suponían propinar un bofetón a las que había dicho 24 horas antes su compañero de partido, el secretario regional de Organización, José Manuel Caballero, el alter ego del barredismo.

Si Caballero había pedido movilizaciones contra los recortes de María Dolores de Cospedal, Vaquero pidió diálogo y oposición constructiva, la fórmula que prevé se impondrá en toda la región dentro de «cinco o seis meses».

Otro bofetón, porque ese es el plazo en el que se celebrará el congreso regional del PSOE; o sea, el tiempo en el que se prevé queden desplazados del puesto de mando los actuales dirgientes. 

Qué poquito os queda, vino a decir Vaquero que, como bien le define Leandro Esteban en la entrevista que publicamos hoy, «es el tejido nervioso del Partido Socialista».

Y es que es una burla macabra tener que escuchar a quienes han dejado la región como la más endeudada de España, cuando la cogieron como la más saneada. Está fuera de lo admisible por el sentido común decir que van a salir a la calle contra las medidas de Cospedal, obligada a tomarlas para evitar la quiebra de las cuentas regionales, porque los anteriores gestores quisieron ganar las elecciones aún a costa de convertir la región en un desierto.

Aún hay gente que les cree. Es cierto, pero cada vez menos, porque se les ha acabado el chollo de la información enlatada y pagada con dinero público.

Negar que la situación de la economía regional es ruinosa es mentir y califica a quien se emplea a fondo en intentar que la venda siga puesta sobre los ojos de los ciudadanos.

Decir que las cosas se pueden hacer de otra manera es hacer oposición constructiva, que es lo que proponen en Toledo. Conscientes de que el plan Cospedal va a suponer un parón de una actividad económica que lleva demasiado tiempo metida en el corsé del dinero público, los socialistas de Toledo proponen ponerse de acuerdo en lo importante con el Gobierno regional para no paralizar ayuntamientos ni empresas durante un año. Mientras, el PSOE podría dedicarse a resolver sus problemas internos y empezar a cosechar frutos en la segunda mitad de la legislatura.

Es bueno y necesario que los socialisas resuelvan sus problemas y encuentren cuanto antes un camino a seguir. La tarea es complicada porque se extiende por toda España. Como decía ayer, entrevistado por El País Javier Solana, el mundo de hoy no es como el de ayer, así que no valen los mismos mensajes.

Page, convertido ya por los medios nacionales en un rostro indiscutible del nuevo PSOE nacional, va a necesitar mucho talento y muchos «vaqueros» para remodelar la casa, también arruinada, en el que José María Barreda y los suyos han convertido el antaño hegemónico Partido Socialista de Castilla-La Mancha.

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