sábado, 27 de julio de 2024
En 1998 iba a ser campo de tiro 20/11/2015junio 7th, 2017

El 20 de noviembre de 1995 nacía el Parque Nacional de Cabañeros, considerado una de las mejores representaciones del bosque mediterráneo de España cuyos orígenes se remontan al siglo XV y a las labores de conservación llevadas a cabo tanto por la administración como por los propietarios de fincas y vecinos. En la celebración de su 20 aniversario, puede presumir de ser uno de los mejor valorados y el cuarto mayor en superficie.

Imagen del Parque Nacional de Cabañeros de www.turismocastillalamancha.es.


En lo que llevamos de 2015 ha recibido 84.497 visitas, 8.000 personas más que en el mismo período de tiempo de 2014. Se espera, en este sentido, que sea uno de los años con más afluencia. Desde que se declaró parque nacional, han pasado por aquí 1.387.420 personas. Los nuevos equipamientos y la ampliación del servicio de rutas guiadas a pie y en vehículo han contribuido en gran manera a un aumento progresivo de la cifra de visitantes. Proceden, fundamentalmente y por este orden, de la Comunidad de Madrid, de Castilla-La Mancha y de la Comunidad Valenciana y, sobre un máximo de 10, otorgan a Cabañeros una puntuación de 8,7 de media. Al contrario de lo que ocurre en el resto de parques nacionales, el 85 por 100 lo elijen como destino principal de su viaje y más de la mitad, un 60 por 100, se alojan en establecimientos de la zona.

Si bien está considerado un parque joven, sus 20 años de existencia han dado para importantes logros. Uno de los más significativos ha sido la consolidación de una de las mayores colonias de buitre negro que hay en el mundo, una especie amenazada de la que en 1995 había 82 parejas reproductoras en Cabañeros y que actualmente ya suman 169. También se ha convertido en refugio para otro ave en peligro de extinción: el águila imperial ibérica.

Se ha apostado por poner en valor no solo los recursos naturales, sino también los de carácter cultural y etnográfico. Cuenta con ocho instalaciones para la atención al visitante. El pasado 28 de octubre se abría al público el Centro de Visitantes en Horcajo de los Montes, cuya principal exposición muestra los diferentes ecosistemas del parque a largo de las cuatro estaciones del año. En sus 15 primeros días de apertura ya recibió 1.000 visitas. Se han llegado a restaurar antiguas edificaciones como el poblado de Anchurones, en el que se conserva un molino de aceite y restos de cabañas, y el antiguo molino hidráulico del Brezoso, que se pone en marcha durante las visitas. Para descubrir de primera mano toda esta riqueza se ofrecen 10 rutas de senderismo, con posibilidad de acompañamiento de un guía de manera gratuita y abiertas a personas con discapacidad; y rutas en 4×4 . A final de 2015 o principios de 2015 se abrirán otras dos rutas de largo recorrido, una en Los Navalucillos y otra en las Viñuelas.

El Parque Nacional de Cabañeros –cuya gestión es compartida entre el Gobierno de Castilla-La Mancha y el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente- ha tenido varias fases de ampliación que han sido determinantes para su actual configuración. En primer lugar, la declaración de parque nacional supuso pasar de 26.615 a 39.019 hectáreas. Hubo una segunda ampliación 10 años más tarde, el 7 de octubre de 2005, con la incorporación de 1.836,25 hectáreas del termino municipal de Los Navalucillos, alcanzando las 40.856 hectáreas de hoy en día. También ha sido significativo el peso que han ido adquiriendo los terrenos de titularidad pública, máxime en una comarca caracterizada por los grandes latifundios. Las adquisiciones efectuadas por el Organismo Autónomo Parques Nacionales han hecho posible que el porcentaje de territorio público haya aumentado del 28,7 al 55,2 por ciento del total el parque.

La evolución experimentada por Cabañeros en estos 20 años ha marcado igualmente el desarrollo de la zona y de los seis municipios que componen su área de influencia, los cuales se han beneficiado de ayudas económicas por valor de 11.719.150 euros repartidos entre 548 actuaciones tanto de los ayuntamientos como de empresas y particulares. Se han creado 156 empleos directos y se ha pasado de la decena de alojamientos turísticos que había en los años 90 a cerca de 60.

Los trabajos de conservación son una constante en el parque. Está implicado en programas de reintroducción de especies, como el lince ibérico; se ha procedido a eliminar la presencia de especies vegetales alóctonas, como los eucaliptos y las repoblaciones de pinos realizadas en los años 50 del siglo pasado, siendo sustituidos por reforestaciones con plantas autóctonas; se elimina la presencia de especies de peces exóticas invasoras en el río Estena, uno de los ríos de carácter mediterráneo mejor conservados en la Península… Todas estas labores de protección de la flora y fauna han hecho posible que goce de un excelente estado de salud. A ello también contribuirá el Plan Rector de Uso y Gestión, una especie de hoja de ruta que servirá para la planificación del parque y cuyo procedimiento para su aprobación ha comenzado este año.

DE CAMPO DE TIRO A PARQUE NACIONAL

Sin embargo, el que hoy es uno de los tesoros entre los recursos naturales de Castilla-La Mancha pudo acabar en un destino mucho menos feliz. En 1988 el Gobierno de España, presidido entonces por Felipe González, declaró el municipio de Anchuras «Zona de Interés para la Defensa». Narcís Serra era el ministro de Defensa y Cabañeros iba a ser un campo de tiro.

Los vecinos y colectivos de la zona se oposieron. Y los planes del Gobierno de Castilla-La Mancha eran muy distintos a los del ministro de Defensa. El entonces presidente, José Bono, se adelantó a la declaración formal del Gobierno de España y decretó que la zona fuera Parque Natural. Era el primer paso de una larga lucha jurídica y política que Castilla-La Mancha ganó finalmente en 1995 y Bono apuntó como una valiosa medalla en su casillero político.

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