miércoles, 24 de abril de 2024
25/10/2011junio 14th, 2017

Es ordenanza mayor en el Ayuntamiento de Toledo y un buen día triunfó en Tele 5. Fue en el programa «De buena ley», donde nuestro protagonista, Domingo Ortega, representó como un auténtico actor un «altercado» con su supuesto hijo, que en realidad no lo es, y que le acusaba de gastarse el dinero de su herencia en el bingo. Domingo hacía de Julio y era un ludópata. Ver para creer. No se crean nada, que todo es mentira. Pero he aquí la historia verdadera del ordenanza mayor y pedazo de actor.

«¡Prometo que no tengo ningún hijo varón!». Y es cierto, pero es que en esta historia en realidad casi nada es verdad. Porque ni Domingo es Julio, ni Domingo o Julio, como ustedes prefieran, juega al bingo con el dinero de su supuesto hijo ni la historia que protagonizó el 9 de septiembre en el programa «De buena ley», en Telecinco, tiene nada que ver, se lo aseguramos, con la realidad.


Entonces, ¿qué hay aquí de cierto? Pues que nuestro protagonista se llama Domingo Ortega, es el ordenanza mayor del Ayuntamiento de Toledo y, además, es un pedazo de actor (fue uno de los fundadores, en 1997, del grupo de teatro «Golondra», del barrio de Azucaica). Que interpretó un papel en el citado programa, que se grabó en junio pero se emitió el 9 de septiembre, lo que provocó que al finalizar empezaran a llamarle amigos, conocidos ¡y hasta familiares! que no salían de su asombro ante lo que estaban viendo. ¿Éste es mi Domingo o me lo han cambiado?, se preguntó más de uno.

Domingo, como es obvio, estaba actuando, le habían contratado como actor durante unos minutos para ejercer de padre binguero que se jugaba (y perdía, como no podía ser de otra forma en toda esta rocambolesca historia) el dinero de su hijo, otro actor al que conoció en el momento de rodar el programa.

«NI SOY LUDÓPATA NI TENGO HIJOS, SINO DOS HIJAS»

Por lo que, para sacarnos del entuerto, ECOS contactó con Domingo, quien nos contó la verdadera historia. «El 17 de junio participé en un cásting, en el que me dieron un guión para interpretar a otra persona». Pasado un primer y un segundo filtro, un día después, el 18, «me llamaron para decirme que tenían un caso que querían que protagonizara en la tele, por lo que me mandaron el guión para que lo estudiara».

Y apenas tres días después, el 21, le citaron en Telecinco. «Nos juntamos ocho personas y grabaron cuatro programas. Me pagaron 302 euros más otros 30 por el desplazamiento. Y actuamos. Yo era el padre ludópata y mi supuesto hijo se ha enterado que todos los domingos voy al bingo con mi esposa, donde me gasto 500 euros todos los meses que proceden de los 10.000 euros que le di a mi hijo cuando cerré y vendí mi taller mecánico». Todo era ficción, ni Domingo es ludópata, ni va al bingo los domingos ni tenía un taller mecánico. Es ordenanza mayor y sí tiene dos hijos, pero féminas: Nazaret y Sylvia.

En definitiva, puro teatro.

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