sábado, 18 de mayo de 2024
13/09/2012junio 13th, 2017

Atesora -porque para él es un gran tesoro- más de 60.000 botellas de gaseosa, una colección que empezó hace 12 años a raíz de una apuesta con un amigo. Al final, y no es de extrañar, ganó el desafío: su amigo logró reunir 1.500 y él aún se recorre los mercadillos y rastros para seguir sumando piezas.


Rafael Sánchez Barros, natural de la localidad toledana de Calera y Chozas, no solo ha sido capaz de juntar 60.000 botellas, también ha buceado en la historia de la gaseosa desde sus inicios hasta su comercialización, pasando por aquellos relatos en los que se cuenta cómo los mandos nazis recibían las botellas guardadas bajo llave en cajas.

El propio Rafael explica a encastillalamancha.es que los orígenes de este producto se remontan a Bruselas, de donde pasó a Londres. En España se introdujo en ampollas pues se vendía en farmacias como medicina para aprovechar sus beneficios digestivos.

Su comercialización empezó poco antes de la Coca-Cola. Entonces cada pueblo de España, sobre todo después de la Guerra Civil, tenía tinajas en las que elaboraban la gaseosa y la consumían en botellas reutilizables. De los años de la contienda han llegado hasta nuestros días restos o botellas enteras halladas en las trincheras.

Rafael aporta así su granito de arena a la historia de España, también a los recuerdos de muchas personas que, al ver las botellas, se acuerdan de su niñez y del transcurrir de sus vidas. «He visto cómo personas mayores se emocionaban al ver las botellas», indica Rafael.

Actualmente este toledano reside en Madrid donde tiene una empresa de montajes de stands. Solo ha mostrado sus botellas en una ocasión, recientemente este año en Puerta de Toledo. Tal y como señala, «no tengo tiempo para organizar exposiciones» y eso a pesar de que la muestra no ha pasado desapercibida.

No ceja en su empeño de aumentar la colección. Es habitual en el rastro de Madrid, donde la última vez adquirió tres botellas, si bien reconoce que cada vez le cuesta más encontrar nuevas piezas.

De su amplio catálogo le gusta destacar aquellas botellas con tapón de corcho y una cuerda que servía para tirar de él. Después llegaría el sistema de cierre de bola, más tarde la chapa y también el cierre metálico.

Como todo buen coleccionista, esta afición no se ciñe únicamente a las gaseosas ya que también posee más de 1.000 Nancys.

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