Cipriano González o «el amigo de los pobres» como se le conoce en Toledo lleva, como él mismo indica, «65 años dando de comer a los pobres», pero es ahora, en 2014, cuando vive una situación insólita en su vida.
Organizado al máximo, cada mes Cipriano y un grupo de voluntarios realiza un reparto de alimentos en los que no falta, entre otros productos, aceite, azúcar, arroz, macarrones, judías, garbanzos, lentejas y leches. En cada reparto anunciaba la fecha de la próxima convocatoria. Sin embargo, y por primera vez en su vida, durante la última entrega de alimentos (el pasado 13 de marzo) no pudo decir una fecha porque le faltan precisamente dichos alimentos básicos. «Lo que nos llegaba antes para cuatro veces, se nos va ahora en una partida», asegura Cipriano que se muestra disgustado porque no se atreve a comprometerse para que luego no pueda ayudar a todo el que lo necesite.
Más de 2.000 personas de toda Castilla-La Mancha han podido pasar en esta última convocatoria por casa del «amigo de los pobres» en Toledo para llevarse una de las bolsas que preparan cuidadosamente Cipriano y sus voluntarios, pero «me tienen que sobrar ese día, porque luego diariamente se acercan personas pidiendo alimentos».
Cipriano denuncia que «las familias sin comer es lo más feo que puede existir» y afirma que se está viviendo unos extremos que «desbordan» todas las previsiones.
Su petición es clara. «Necesitamos alimentos» y los necesitan urgentemente pese a que hay «mucha gente anónima que nos ayuda y a los que les mando un abrazo muy grande porque siempre les estaré agradecido». Sin embargo, no es suficiente. Por eso, apela a la solidaridad de los ciudadanos y pide: aceite, azúcar, arroz, macarrones, judías, garbanzos, lentejas y leches. Recuerda que no quiere dinero, solo alimentos que recoge en la sede de su ONG (junto al puente de San Martín en Toledo).