domingo, 5 de mayo de 2024
Le propinaron una paliza mortal 03/12/2013junio 12th, 2017

La Audiencia de Ciudad Real ha condenado a 22 años de cárcel a los tres principales acusados del homicidio de un pastor de Cinco Casas, pedanía de Alcázar de San Juan, y a dos años de prisión a los otros nueve acusados de formar parte de una red criminal dedicada a los robos en el campo.

La Audiencia condena a P.D.V., V.D. y a D.M., ambos de nacionalidad rumana, por delitos de homicidio (quince años de prisión), pertenencia a grupo criminal (dos años) y por robo con violencia e intimidación en casa habitada (cinco años).


Los tres son condenados por la paliza mortal que dieron en la madrugada del 3 de diciembre de 2011 al pastor P.F.H.G.M durante el asalto a la casa que compartía con su compañero M.L.G.A., quien resultó herido, en una finca próxima a Alcázar de San Juan.

Asimismo, han sido condenados a indemnizar con 4.725 euros y 873,73 euros al pastor herido y con 120.000 euros a los familiares del fallecido.

Junto con el resto de condenados, los acusados integraban un clan dedicado a robar, principalmente en zonas rurales del centro de España, para la posterior venta de los objetos o su remisión a Rumanía.

Los otros nueve acusados, también de nacionalidad rumana, aceptaron en la primera sesión del juicio una condena de un año de prisión por integración en grupo criminal y de otro año por receptación.

La Audiencia considera probado que, un mes antes del crimen, se produjo otro robo en la misma finca, en la que, aunque fueron sorprendidos por un guardia, los ladrones robaron gasoil, una manguera y varias herramientas, una de las cuales, una motosierra, fue encontrada en el registro de un domicilio de Madrid durante la detención de los acusados.

En la noche del 2 al 3 de diciembre, los tres condenados por homicidio junto con una persona no identificada fueron a esa misma finca, despistaron al guardia y, tras romper la valla a patadas, entraron en la casa encapuchados y, armados con piedras y una horca de hierro, se dirigieron a la habitación de M.L.G.A., a quien sorprendieron durmiendo.

Le maniataron y golpearon con la amenaza de matarle si no les daba el dinero, para robarle 40 euros y un teléfono móvil.

Al salir de la habitación, encontraron a P.F.H.G.M., quien probablemente se levantó alertado del ruido y a quien atacaron de forma violenta, con golpes con piedras en la cabeza y cara, tórax y extremidades hasta causarle la muerte.

Tras matarlo, movieron el cadáver y lo dejaron caer en el sofá de dicha sala, como si estuviera sentado.

Los jueces consideran también probado que, en un momento determinado, pero posterior a la agresión, P.D.V. se bebió una cerveza en el lugar de los hechos.

Los procesados se llevaron el móvil del pastor y un reloj de pulsera, además de un taladro pequeño y una televisión de plasma.

Durante el asalto, recibieron constantes llamadas del procesado I.M. entre las 00:14 horas y las 3:59 horas.

Los teléfonos robados fueron usados posteriormente por dos de los acusados y los objetos robados fueron encontrados en los distintos registros.

Al pastor herido le causaron lesiones que tardaron en curar tres meses, de los que durante uno y medio no pudo trabajar. Como secuela, padece síndrome de estrés postraumático en grado medio.

Los jueces han considerado que en este caso concurren las circunstancias agravantes de disfraz, por ir disfrazados, y de abuso de superioridad, pues atacaron cuatro personas a dos personas dormidas.

 

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