Ecologistas en Acción ha denunciado la electrocución, en menos de dos años, de cuatro águilas imperiales en un mismo tendido eléctrico del término municipal de Torre de Juan Abad (Ciudad Real), en una zona importante para la especie por la alta densidad de individuos que cobija.
Según han dado a conocer hoy a Efe fuentes de esta organización conservacionista, la electrocución del último ejemplar juvenil de águila imperial se registró hace apenas un mes en el tendido eléctrico, lo que pone de manifiesto «la amenaza latente» que suponen estas infraestructuras, si no se toman las medidas preventivas suficientes para evitar este tipo de sucesos.
La organización conservacionista ha asegurado que es «consciente del enorme esfuerzo y la cantidad de recursos económicos» que ha supuesto la modificación de los principales tendidos eléctricos peligrosos para ésta y otras especies.
Sin embargo, ha apuntado que «este tramo concreto de tendido no ha sido corregido» en las últimas actuaciones ejecutadas con el proyecto ‘Life PrioriMancha’, cuyo objetivo era mejorar el estado de conservación del águila imperial ibérica.
Para los conservacionistas «no es comprensible que esta línea eléctrica no haya sido corregida todavía, a pesar de que su peligrosidad es conocida» por la Consejería, por lo que han reclamado que de forma inmediata se lleve a cabo la modificación y el aislamiento de este tendido eléctrico para evitar más electrocuciones.
Ecologistas en Acción ha recordado que, a pesar de que la población reproductora de esa especie se está recuperando a nivel general, las amenazas siguen latentes, por lo que «no se debe de bajar la guardia ni relajarse en las medidas de conservación emprendidas».
Los datos presentados en la última reunión del Grupo de Trabajo de esta especie organizada por el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente (Magrama) ponen de manifiesto la recuperación de la especie, que supera ya las 400 parejas reproductoras en España y Portugal.
En concreto, en 2013 se censaron un mínimo de 407 parejas en toda la Península Ibérica, 396 en España y 11 en Portugal, siendo Castilla-La Mancha la región que alberga una mayor cantidad de parejas, con al menos 150, seguida de Andalucía, con 91; Castilla y León, con 56; Extremadura, con 50, y Madrid, con 49.
El resto de la población se encuentra distribuida en nuevas áreas que ocupan ya las provincias de Zamora, Cádiz y Guadalajara.
El águila imperial ibérica es una rapaz grande de complexión robusta, de comportamiento sedentario y territorial que alcanza sus mayores densidades en áreas forestales de tipo mediterráneo, con alta densidad de conejos y escasa presencia humana.
Frecuentemente elige para nidificar fincas de caza mayor relativamente inaccesibles, generalmente en zonas montañosas, construyendo grandes plataformas de nidificación en las ramas de los árboles.
El águila imperial ibérica es una especie endémica de la Península Ibérica, que en Castilla-La Mancha, según el programa ‘Life-PriofiMancha’, mantiene sus áreas de reproducción en los Montes de Toledo, Sierra Madrona-Sierra Morena Oriental, sierras de Almadén-Guadiana, depresión del río Tajo, valles de los ríos Tiétar y Alberche, y recientemente algunos puntos de la provincia de Albacete.
Las áreas de dispersión más importantes de la región, según este programa, se encuentran en los valles de los ríos Tajo y Tiétar, en la provincia de Toledo, y en el Campo de Montiel, entre las provincias de Ciudad Real y Albacete, donde se pueden observar ejemplares dispersantes procedentes de toda su área de distribución.