La Asociación de Trabajadores Penitenciarios ha denunciado que el viernes 30 de agosto un preso de la cárcel de Ocaña II, en la provincia de Toledo, se masturbó delante de una psicóloga mientras esta le realizaba, en el interior de su despacho, una entrevista profesional «en la que se evaluaba la conducta y facultades del interno, N.S.». Lo que califican de «ataque sexista». De hecho, tal y como afirman en una nota de prensa, «el interno no dudó en perseverar en su conducta incluso cuando fue recriminado por la psicóloga».

Señalan, además, que el interno «protagonista de este bochornoso episodio, continúa plácidamente su vida en el mismo módulo en el que cometió su agresión».

El preso había sido trasladado desde la cárcel de Albacete a Ocaña II por incidentes similares

La asociación reclama la necesidad de que la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias, que depende del Ministerio de Interior, «aborde decididamente la problemática de las agresiones en general, y las de carácter sexual en particular. Porque lejos de afrontar con firmeza este asunto, se esfuerzan por minimizar la importancia de estos episodios, vergonzosamente calificados a menudo como incidentes imprevisibles, cuando no de silenciarlos abiertamente».

De hecho, «ahí está la creciente sensación de impunidad que reciben los internos, quienes frecuentemente repiten este tipo de conductas al saberse conocedores de la tibieza con la que se castigan».

Y ponen el ejemplo de este preso, «quien había sido trasladado desde la prisión de Albacete, donde había sido protagonista de otros incidentes idénticos con otras trabajadoras de aquel centro. La dirección de Ocaña II, aun siendo conocedora de estas circunstancias, de manera absolutamente irresponsable no advirtió ni a la psicóloga ni al resto de trabajadoras penitenciarias de la peligrosa inclinación de este interno».

«Solo después de esta nueva agresión sexista -recalcan- se ha colocado un cartel indicador que prohibe al personal femenino del módulo 4 tener contacto con N.S. sin la presencia de personal de vigilancia masculina. Como siempre, las medidas preventivas llegan después de sucedido lo evitable».