jueves, 2 de mayo de 2024
Ratifica las condenas de los otros tres 01/03/2016junio 7th, 2017

El Tribunal Supremo ha absuelto, «porque no hay prueba que permita sustentar su participación en el hecho», a José Antonio Flores, una de las cuatro personas que fueron condenadas por el crimen de El Carpio de Tajo (Toledo), en el que un joven resultó muerto y su padre herido grave. El alto tribunal corrige de esta forma la sentencia que dictó la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Toledo, quien condendó a 25 años y medio de cárcel a cada uno de los acusados.

Imagen del juicio celebrado en la Audiencia Provincial en mayo de 2015.


La Sala de lo Penal del Supremo, en una segunda sentencia, ha estimado parcialmente el recurso de casación que pusieron los abogados de los cuatro condenados en principio por la Audiencia Provincial de Toledo.

Porque en el caso de José Antonio Flores, dice la sentencia, «no hay prueba que permita sustentar su participación en el hecho». Respecto al recurso sobre los otros tres condenados (Esteban Ruiz, Juan José Flores y Fernando Valdeolivas), el Tribunal ratifica las penas que les impuso la Audiencia por los delitos de homicidio, intento de homicidio, robo con violencia en casa habitada y tenencia ilícita de armas.

Respecto a Juan José, hermano del ahora absuelto, la Sala entiende que la prueba practicada le sitúa en el lugar de los hechos y su participación en los mismos. Una de las armas empleadas es descubierta en una camiseta con vestigios de ADN de este acusado; y el mismo ADN «evidencia su huida en el coche del que era titular su mujer». Coche que quienes estaban en la inmediación de la vivienda en la que sucedieron los hechos y otros vecinos del pueblo vieron huyendo a toda velocidad del lugar.

AQUEL FATÍDICO DÍA DE MARZO DE 2013 CUANDO, ENCAPUCHADOS…

Los hechos a los que nos referimos se remontan a marzo de 2013, cuando cuatro encapuchados llegaron al domicilio en el que vivían José Ángel Juan, de 38 años, y sus padres. Al abrir la puerta golpearon al joven con una barra y, de rodillas en el suelo, los autores hicieron un primer disparo que le hirió en la mano izquierda y que alcanzó también el abdomen del padre, Vidal Juan, quien, alertado por el ruido, se había acercado a la puerta. Fue un segundo disparo en el cuello el que acabó con la vida de José Ángel.

En los hechos probados, tal y como recogía la sentencia que dictó en su día la Audiencia Provincial, «en fecha no determinada, en todo caso no anterior al 4 de marzo de 2013, una persona no identificada que conocía al acusado Juan José Flores y a Vidal Juan y que había estado en casa de este último, se puso en contacto con el primero para informarle de que en casa del segundo se guardaba una gran cantidad de dinero, del que se podían apoderar fácilmente, puesto que en la casa residían Vidal y su esposa, y que los dos eran mayores.

Tras asaltar la casa y sin haber logrado apoderarse de dinero alguno, se dieron a la fuga hacia Talavera, y en el barrio de Patrocinio, en una zona de escombros, guardaron las armas, la pistola en el interior de una bolsa de plástico y la escopeta envuelta en una camiseta roja.

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