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domingo, 12 de mayo de 2024
Recate de un hombre que había caído en el Tajo, en Toledo.
Recate de un hombre que había caído en el Tajo, en Toledo.
En la zona del parque de Sanfont - 28 abril 2024 - Toledo

Anoche un hombre tuvo que ser rescatado después de haberse caído al Tajo cuando estaba en la romería de la Hermandad de Nuestra Señora del Rocío, en la zona del parque de Safont, en Toledo.

¿Cómo se cuenta un suceso en el que eres protagonista? Los periodistas estamos acostumbrados a contar sucesos, pero no a protagonizarlos, como mucho a ser testigos, por lo que se puede mantener la tercera persona, pero en este caso, lo cierto es que, aunque no fui el rescatado, sí que estuve con Fernando, mexicano, su primer día en Toledo, intentando evitar que no se sumergiese más en el Tajo.


 

Los hechos ocurrieron anoche, pasada la 1 de la madrugada. Nuestro grupo, casi todos periodistas, nos íbamos a casa, cuando nos enteramos de que alguien había caído por un terraplén a orillas del Tajo.

Algún amigo bastante ebrio del hombre que había caído estaba intentando localizarlo, pero aunque no se le veía en la vegetación, sí que emitía sonidos que hacían pensar que estaba en perfecto estado. Como no salía, traté de acercarme, hasta que pude divisarlo tumbado bocarriba en la vegetación, pero por su estado de embriaguez no lograba ponerse de pie por más que le insistiese.

Estaba a escasos centímetros del agua, por lo que de pronto se giró y cayó. Estaba bocabajo, con las piernas y los brazos sumergidos en una especie de lodazal, por lo que temí que, debido a su estado, se sumergiese más en el agua y bajé a intentar sacarlo.

La zona era como una ladera de unos 3 metros primero, no mucha pendiente, pero después había un salto como de algo más de un metro, hasta llegar a la zona donde inicialmente se había quedado Fernando. Cuando bajé, pude cogerlo del brazo, se giró, y pudo sostenerse con las piernas dentro del agua y el cuerpo sobre la orilla, mientras yo le agarraba como podía.

Lo cierto es que temía que los dos acabásemos en el Tajo. La zona era muy resbaladiza, sus brazos y los míos llenos de lodo también, y tampoco ayudaba el hecho de que Fernando no estaba en condiciones. Apenas podía hacer fuerza y había momentos en los que pensaba que se dormía.

Arriba estaban dos compañeros periodistas, Sara Acero y Fidel Manjavacas. Junto otras personas que allí había, avisaron al Servicio de Urgencias 112 y ayudaron a llevar a la zona a Bomberos del Ayuntamiento de Toledo y Policía Local, que acudieron rápidamente.

Mientras tanto yo seguía abajo agarrando por los brazos a Fernando y pensando que en cualquier movimiento que hiciese brusco me iba a hacer algo que siempre pensé que no haría, bañarme en el Tajo. Yo le decía «Fernando, no te agarres de mi pierna (el único apoyo seguro) porque vamos los dos al agua» y lo cierto es que pudimos aguantar hasta que llegaron los profesionales del rescate. Primero llegó la Policía, me tiraron una cuerda, pero era imposible salir así, la até por debajo de los hombros de Fernando, para que por lo menos hubiese un cordón de seguridad.

Poco después llegaron los bomberos, dos de ellos se ataron y bajaron hasta donde estaba yo, primero tratamos de estirar entre los tres, pero no podíamos sacarlo del lodazal. Con los bomberos ya al mando de la situación, me pidieron que subiese. Cuando llegué arriba, comenzaron los aplausos, pensaban que era el rescatado. Minutos después subieron los bomberos con Fernando y ahí sí que se desató la alegría. Un abrazo fuerte con su hermano, aplausos de las decenas de curiosos que se habían acercado y por fortuna la historia quedará en anécdota.

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