Un preso de Ocaña I destrozó los cristales de una cabina con una barra de grandes dimensiones
"Los funcionarios de servicio en el aquel momento, temiendo por su integridad física, se tuvieron que refugiar en la oficina. Afortunadamente no se tuvieron que lamentar daños personales, pero sí cuantiosos daños materiales de elevado coste económico"