El presidente de la Diputación de Toledo, Álvaro Gutiérrez, ha señalado hoy que a su antecesor en el cargo, el «popular» Arturo García Tizón, «nadie le va a echar de menos. No aportó nada positivo a esta casa, más allá de una gestión criticable y censurable, no le van a echar de menos ni los ciudadanos ni los ayuntamientos de ningún partido, incluidos algunos de los suyos».
Gutiérrez ha hecho estas declaraciones esta mañana, durante el encuentro que ha tenido con los medios de comunicación para realizar el balance de los dos primeros años de Gobierno en la institución provincial, donde ha destacado que la Diputación toledana «ya no es una institución en blanco y negro, ya es a todo color».
«Tizón es pasado y ya fue reprobado por la propia Diputación»
Preguntado sobre si iba a echar de menos a Tizón, quien dejó su cargo como diputado (también el de concejal del PP en el Ayuntamiento de Toledo) hace apenas unas semanas, el dirigente socialista ha comenzado diciendo que «Tizón es pasado y me gustaría no tener que hablar mal de otro presidente, ha sido reprobado por la propia Diputación y habla por sí solo de su gestión. Se ha marchado y nadie le va a echar de menos, no es mi intención comentar más».
[ze_summary text=»Hemos recuperado el prestigio que había perdido la institución, hemos cambiado radicalmente la forma de gobernar»]Hemos recuperado el prestigio que había perdido la institución, hemos cambiado radicalmente la forma de gobernar[/ze_summary]Gutiérrez ha insistido una y otra vez en que «el diálogo y la transparencia en la gestión» son nuestras señas de identidad y que han recuperado «el prestigio que había perdido la institución, hemos cambiado radicalmente la forma de gobernar. Ahora es una institución abierta y cercana a la ciudadanía».
Y ha puesto dos ejemplos: «La Residencia Social Asistida San José y el Centro de Día de atención a enfermos de Alzheimer. Evitamos su cierre (como quería el PP) y ya están a pleno rendimiento. Porque somos un Gobierno con alma». Sin olvidar «los pisos de la calle Cardenal Cisneros», que fueron motivo de una Comisión de Investigación al entender que se habían restaurado en época de Tizón con todo lujo de detalles cuando no hacía falta y afirmar que fueron utilizados por algunos de sus familiares, y que se cedieron a las familias de los niños con cáncer, a la asociación Afanion, para que pudieran utilizarlos en sus desplazamientos a la capital regional.