El Tribunal Supremo ha rebajado en 10 años la condena de 23 años de cárcel que les fue impuesta a cada uno de los tres jóvenes de Sonseca (Toledo) por la muerte de José Félix García-Ochoa en 2008 tras la disputa que tuvieron en el exterior de un pub del pueblo y deja la pena a cada uno en 13 años y medio. Según la sentencia, el Tribunal Supremo anula así el fallo del Tribunal Superior de Justicia de Castilla-La Mancha que confirmó la sentencia emitida en junio de 2010 por la Audiencia de Toledo tras el juicio con jurado que declaró por unanimidad a los tres jóvenes culpables de asesinato con alevosía y ensañamiento.
Ahora, la sala de lo penal del Supremo ha condenado a Adrián Durán García, Fernando García Gómez y Mario Rojas Cerdeño a 13 años y medio a cada uno por entender que se trata de un homicidio con abuso de superioridad y no de un asesinato al suprimir las agravantes de alevosía y ensañamiento.
La sala de lo penal del Tribunal Supremo da la razón a los abogados de los condenados, que ejercieron Luis Soriano (Adrián) y Víctor Sánchez Beato (Mario y Fernando), que recurrieron en casación al Supremo tras no prosperar el recurso que presentaron ante el Tribunal Superior de Castilla-La Mancha.
En la nueva sentencia, el Supremo argumenta que «el origen remoto del desenlace final lo constituyó una riña mutuamente aceptada, que partió de la intimación dirigida a los acusados por parte de José Félix, atribuyéndoles unos actos que no constan que hubieran realizado».
El Supremo se refiere así al reproche que les hizo la víctima a los condenados de haberle ensuciado la luna delantera del coche con una bebida que estaban tomando a la salida del pub Bagoa de Sonseca.
Los hechos comenzaron sobre las 04:30 horas de la madrugada del 1 de marzo de 2008 a las puertas del citado establecimiento donde los acusados y la víctima tuvieron un encontronazo después de que la víctima les afeara haberle ensuciado su vehículo y culminaron con «múltiples golpes» a la víctima en las inmediaciones de su casa.
El Supremo entiende en sus argumentos que el ataque a José Félix «no fue súbito ni sorpresivo, pues es la víctima la que sorprende a los agresores cuando regresaban del camino que conduce a su casa y que los acusados no prepararon ningún dispositivo dirigido a asegurar la muerte del joven» sonsecano, que falleció después de estar en coma más de un mes en el hospital de Toledo.