Un teleférico con características similares al de Fuente Dé, en los Picos de Europa, es la propuesta en la que trabajan desde el Ayuntamiento de Toledo de la mano de una empresa especializada, encargada de realizar un estudio para su posible construcción antes de que acabe esta legislatura en 2027.
Una alternativa hecha por la propia empresa al equipo de gobierno local, que sería más «factible, económica y más ágil de tramitar» a la propuesta inicial que se planteaba en la carretera del Valle, tal y como ha explicado a ENCLM el concejal de Promoción Económica, Juan Marín, y que había avanzado a la SER.
Se trata de un teleférico «panorámico y lúdico» pero que al mismo tiempo serviría para «dar servicio de movilidad» a toledanos y turistas, que «en lugar de usar el autobús o las escaleras mecánicas» para subir al casco, podrían desplazarse con esta nueva opción.
Un teleférico sin torres y un solo cable: «Una tirolina a lo grande»
Tal y como ha explicado Marín, las estaciones estarían situadas en el aparcamiento de Azarquiel y en el Miradero, sin necesidad de instalar «ningún tipo de torres con columnas para sujetar las cabinas». De esta forma, quedaría limitado a las estaciones y el cable que cruzaría de un lado a otro, por lo que a su juicio «no afectaría al cono visual».
En este sentido, el responsable del área económica de Toledo ha apuntado que este proyecto sería como una «tirolina a lo grande», incluso con «menos limitaciones administrativas«, ya que según ha explicado, en este caso al estar la estaciones «a suficiente distancia del río» podría no necesitar el visto bueno de la Confederación Hidrográfica del Tajo (CHT), algo que «agilizaría los trámites».
«Entiendo que la intervención estaría bastante limitada, los puntos de apoyo están en la otra punta del río, el hecho de que sobrevuele el río, quizá necesite intervención, pero el impacto ambiental sería mínimo», ha asegurado.
Al ser preguntado por la posible negativa a este proyecto por parte del Icomos, ha considerado que «no podría poner pegas» ante un posible impacto visual, ante la ausencia de torres, quedando limitado a un cable que «a una distancia de 50 metros ni se vería».
El teleférico dispondría de dos cabinas, una ida y otra de vuelta, con una capacidad de quince personas, una propuesta similar al teleférico de Fuente Dé, pero «más modesto».
No costaría dinero al Ayuntamiento y le reportaría un beneficio
En cuanto al coste de la construcción, Marín ha explicado que al ejecutarse a través de una concesión, la idea es que la empresa adjudicataria fuera la encargada de hacer la inversión para fabricar y poner en funcionamiento.
Este hecho conllevaría una compensación de explotación del negocio para el Ayuntamiento, que cobraría el canon: «Además de no costarle dinero, le reportaría un beneficio», ha explicado.