El sector de la lavanda está pasando por una crisis que puede ser terminal para su viabilidad económica. Desde hace cinco años los precios que el mercado paga por los aceites esenciales han caído desde los 30 euros/kilo a los actuales 10 -11 y no cubren ni el 50 % del coste de producción y de materia prima como la lavanda.
Así lo ha manifestado el presidente de la Asociación Nacional Interprofesional de Plantas Aromáticas y Medicinales (ANIPAM), Abelardo Carrillo, en la jornada que ha reunido este miércoles en Madrid a expertos y responsables de la Administración para encontrar posibles soluciones.
No obstante, Carillo se ha mostrado esperanzado, afirmando que “hay que seguir avanzando, confiamos en que la industria y las administraciones nos acompañen en la tarea de encontrar nuevo valor añadido a nuestra agricultura competitiva y saludable”.
El crecimiento mundial de la demanda industrial de productos de higiene, cosmética y perfumería no ha llevado consigo un crecimiento o al menos una estabilidad en el mercado de los aceites esenciales.
“La evolución positiva del sector, con altas rentabilidades para los agricultores y destiladores, se quebró en 2021, dejándose de demandarse de manera abrupta”, ha apuntado el presidente de ANIPAM, Abelardo Carrillo.
Las posibles causas pueden estar en el crecimiento internacional desmesurado de la oferta, o la sustitución de estos productos naturales por otros sintéticos de origen industrial.
En este punto, “llama la atención la falta de colaboración del sector de la industria, que no solo no promueve la utilización de productos naturales nacionales, sino que además se niega a sentarse con los productores para analizar y mejorar la situación” han coincidido varios expertos.
Mayor apoyo a las distintas administraciones públicas
En este contexto adverso, se ha subrayado el esfuerzo del sector, que con el apoyo del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación y de distintas administraciones autonómicas, ha lanzado varias iniciativas de I+D+i.
Confían en que los trabajos de estos equipos permitan desarrollar conocimientos y tecnología, entre otras cosas, para diversificar y mejorar el cultivo de plantas aromáticas y medicinales, y desarrollar técnicas que ayuden a identificar fraudes en los productos derivados.
Castilla-La Mancha, al frente
Por comunidades, Castilla-La Mancha ocupa el primer puesto en superficie cultivada de plantas aromáticas y medicinales, con 4.730 hectáreas (el 51,6% del total), seguida de Castilla y León, con 1.869 hectáreas (20,4%) y la Región de Murcia, con 1.499 hectáreas (16,3%).