La Policía Nacional de Melilla ha logrado identificar a cinco responsables de una red criminal dedicada al fraude en la venta online de vehículos de segunda mano, habiendo solicitado la colaboración a las Jefaturas de Andalucía Oriental, Castilla-La Mancha, Extremadura y de Valencia, que son los lugares de residencia y frecuentados por estas personas para que procedan a su localización y detención.
La investigación comenzó cuando la Policía de Melilla recibió una denuncia de un ciudadano manifestando que había sido víctima de una estafa muy elaborada a través de las redes sociales.
Ofertaban un coche de segunda mano para la venta, para lo cual le aportaban fotografías del coche y del DNI de la supuesta propietaria, con quien mantuvo largas conversaciones a través de las redes sociales hasta que le convencieron para que realizara una transferencia bancaria de 3.000 euros para después desaparecer.
De la investigación se hicieron cargo agentes de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) de la Policía Nacional de Melilla, quienes como resultado de una exhaustiva y compleja investigación, que aún hoy continúa abierta en la llamada “Operación Yaris”, constataron la existencia de una red criminal de la que se han identificado a cinco personas como presuntos responsables.
Modus operandi
El modus operandi de los estafadores se basa en captar a las víctimas a través de plataformas online con el envío masivo de anuncios de venta de vehículos de segunda mano a un precio por debajo del precio de mercado. Además, suplantaban la identidad con el uso de un DNI auténtico de una persona ajena a la red criminal.
Para efectuar las estafas creaban empresas ficticias con páginas web falsas que actuaban de intermediaria y exigían el pago por transferencia bancaria. Por último, extraen el dinero a través de cajeros automáticos, tras lo cual cortan la total comunicación con las víctimas.
Los autores de esta estafa se repartían las funciones y utilizaban varias veces las mismas fotografías de los vehículos en venta, misma empresa intermediaria con el mismo contrato de compraventa y fotografía del DNI de la falsa propietaria, la cual mantenía conversaciones con los interesados a través de las redes sociales hasta infundir en ellos el engaño suficiente para que realizaran la transferencia bancaria.
La red, altamente organizada, utilizaba cuentas bancarias abiertas a nombre de personas captadas para tal fin, conocidas en el argot policial como «mulas financieras», no consta suplantación de identidades en las cuentas investigadas, siendo conscientes sus titulares de la actividad ilícita, retirando los fondos mediante numerosas operaciones fraccionadas en cajeros automáticos, lo que dificultaba su trazabilidad y favorecía el blanqueo de capitales.
La Policía ha contabilizado hasta ahora un importe total estafado que supera los 60.000 euros, cifra que podría incrementarse conforme se analizan nuevos casos.