A una hora y cuarto de Guadalajara capital y en medio de la naturaleza nos encontramos con un precioso pueblo, La Vereda, que fue abandonado en 1970 y qué gracias al trabajo de la Asociación Cultural La Vereda se ha reconstruido y se ha convertido en uno de los pueblos negros más bonitos de la provincia de Guadalajara.
Historia
La Vereda, como muchos pueblos de la provincia de Guadalajara, fue bajando de población durante el siglo XX, hasta que en 1970 estaba completamente abandonado y fue expropiado por ICONA para la reforestación de la zona.
En 1976, un grupo de jóvenes de Guadalajara y Madrid, interesados en la Arquitectura Negra, evitan que ICONA derribe La Vereda y Matallana. Un año después decide crear la Asociación Cultural y obtiene la concesión del pueblo para proceder a la rehabilitación y reconstrucción de los edificios.

Asociación cultural La Vereda trabajando Foto: Asociación Cultural La Vereda
La Asociación está abierta a todo aquel que quiera trabajar en el pueblo para su reconstrucción y mantenimiento con los métodos y materiales que utilizaron sus antiguos pobladores, como barro, madera y pizarra.
El pueblo conserva el aspecto de cuando se construyó y carece de las comodidades que se suponen tienen las ciudades: no está asfaltado, no se permite el acceso de vehículos, carece de luz eléctrica (se alumbran con quinqués, velas…), no hay saneamientos, se cocina en el fuego de leña.
Este trabajo ha provocado que se recupere este pueblo abandonado y que cuente cada día más con visitantes que se acercan para ver el trabajo de la asociación, y disfrutar de un entorno privilegiado rodeado de naturaleza y de la fauna de la zona.

Rincón La Vereda Foto: Asociación Cultural La Vereda
Talleres en La Vereda
En La Vereda también han puesto en marcha talleres para los habitantes del pueblo, pero también para los visitantes.
- La Fragua. El primer taller que se estableció fue la Fragua. Se recuperó y reparó el material original. Al perder el uso de este edificio, se trasladaron las herramientas.
- El taller de Cerámica. La Asociación ha adaptado una tinada como taller de Cerámica. Se dispone de varios tornos y todos los utensilios necesarios para esta tarea. Periódicamente, se imparten conocimientos básico y se intercambian conocimientos de esta materia entre los socios. En el patio contiguo, un socio ha diseñado y construido un horno romano, similar al que existía en Cogolludo, para recuperar las tradiciones alfareras de la zona. Es circular y con dos cámaras: Sobre el horno está el hogar. Al menos una vez al año, en colaboración con la Escuela de Arte de Talavera de la Reina (Toledo), se enciende para la cocción de las piezas de barro. También se han analizado las pocas piezas que se encontraron en las casas y se han realizado estudios comparativos con las cerámicas populares de los contornos.
- El taller de Carpintería. Otra tinada alberga un espacio común para realizar tareas de carpintería. Allí se recupera y restaura aperos, enseres, puertas y sillas de enea,
- Los talleres de Juventud. Los más jóvenes de la asociación, hijos de socios y sus conocidos, con menos de 20 años se han organizado en dos grupos y están rehabilitando ambas tinadas, una al norte y otra al sur del poblado.
Como llegar
Coges la CM-101 desde Guadalajara, en Humanes giras por la CM-1004 dirección Tamajón, en Retiendas coges la GU-188 hasta el embalse de El Vado y allí coges el camino a la Vereda.
Puedes hacerte socio
El trabajo de reconstrucción es duro y lento, ya que no se dispone de maquinaria, es todo manual, aquí no se sabe cuando se acaba una obra, pero es precisamente eso lo que te tiene que gustar para estar en este pueblo: trabajar con el barro, la madera y la pizarra. A parte de trabajar se disfruta de un enclave privilegiado en la Sierra de Ayllón, de su tranquilidad y hay oportunidad de poder ver jabalíes, corzos, zorros, pájaros, águilas, buitres…
Si estás interesado en incorporarte al proyecto, puedes encontrar información en este enlace: Hazte socio y colaborar en la reconstrucción de La Vereda, que está bastante avanzada, pero todavía hacen falta manos.