Una parte indudable de la esencia del casco histórico de Toledo, como en todas las ciudades, son los pequeños comercios o establecimientos que llevan décadas compartiendo parte de la cotidianidad de los vecinos (también de los curiosos turistas) y que han podido resistir al paso de los nuevos tiempos.
Hacemos una parada en 11 de ellos, para que los lectores refresquen su memoria, o conozcan, si es el caso, esos otros rinconcitos que son indispensables en el paisaje de la villa.
Comercios de toda la vida en Toledo
1 Droguería Regina Peláez
Nos recibe con una gran sonrisa María Ángeles, quien regenta desde hace 42 años la droguería «Regina Peláez», que heredó de sus suegros. Comenzó a llevarla con su marido hace 42 años. El negocio, no obstante, perteneció inicialmente a otra familia, y datan sus orígenes del siglo XIX, aunque no se conoce una fecha concreta.
Es un local en el que se respira el concepto de tienda de toda la vida, con estanterías cargadas de productos variados y con esas escaleras de madera para llegar a los altos estantes.
«Tengo clientes de toda la vida», explica con dulzura e ilusión. «Es un punto de encuentro, por aquí pasa gente todos los días, aunque solo sea a saludar». Abre todas las mañas y le encanta que la gente venga.

María de los Ángeles, en el interior de su droguería.
«Las cosas han cambiado mucho» explica, «ya no es negocio, ya no es rentable. Pero le tengo mucho cariño. No es por rentabilidad». También nos cuenta que ella tiene otro negocio del mismo sector en el Polígono que le permite poder mantener este encantador comercio. Así que tiene claro que lo va a tener abierto hasta que se jubile.
Calle Cadenas, 1.
2 Farmacia Bernal
Esther Bernal regenta la Farmacia Bernal desde hace 10 años. Nos cuenta que la ubicación de la botica es la misma desde el año 1916, cuando abandonó su lugar anterior, situado a pocos metros (en lo que ha sido la Imprenta Torres).
Nos muestra una copia del periódico La Campana en la que aparece publicada la noticia del traslado y la invitación por parte del entonces farmacéutico Julio Jiménez y Jiménez a los representantes de la prensa local a un ágape en el recién estrenado local.
Los orígenes del establecimiento apuntan al siglo XIX.

Farmacia Bernal.
Fue hasta que ella tomó el relevo a la propiedad de la familia Jiménez, cuya fachada bella modernista (y que recoge el concepto que todos tenemos de lo que eran las boticas) fue restaurada la fachada el año pasado por el Consorcio, dejando el color más parecido al original de la madera, tras decaparla.
Calle Cardenal Lorenzana, 4
3 Alimentación Rafa
Carnicería Rafa, hoy llamada Alimentación Rafa, está regentada actualmente por Rafael Rodríguez y fue fundada por su tatarabuelo Nicolás Rodríguez, a principios del siglo XX.
Rafa nos dice orgulloso que pertenece a «la quinta generación» de este negocio familiar. Entre Nicolás y él han llevado el negocio su bisabuelo Lorenzo, su abuelo Pablo y su padre, también Rafa, un vecino muy querido que se jubiló hace diez años.

Rafael Rodríguez frente a su carnicería.
El tipo de cliente «es el de toda la vida, la mayoría gente mayor, que es la que va quedando por el casco», aunque también vienen «turistas que llegan en plan excursiones, compran el bocadillo o la botella de agua y se van».
«Da pena que se vaya perdiendo el negocio antiguo», lamenta resignado el comerciante, desde su tienda, un pequeño rincón cargado de luz, en el que no falta el banquito para los clientes que esperan su turno.
Calle de las Tendillas, 4.
4 Churrería Santo Tomé
Isabel Gómez Santarino lleva con vitalidad y desparpajo la Churrería Santo Tomé, que fue fundada en el año 1936 por su abuelo Juan Gómez. Él llegó desde Menasalbas junto con su mujer ese año y compró el edificio en el que montó el negocio y que en sus plantas superiores tendría la vivienda que ocuparía durante década en la familia.
En plena Guerra Civil, y teniendo la proximidad de un cuartel, unos de los más asiduos clientes de la churrería eran los militares.

Isabel, en su Churrería Santo Tomé.
Este precioso y acogedor establecimiento, cuenta con la constante presencia de ciudadanos fieles, aunque Isabel apunta que la calle Santo Tomé «es lo más porque hay mucho turismo», lo que hace que no solo hagan parada vecinos o trabajadores de la zona.
El desgaste y la desaparición de pequeños establecimientos en Toledo parece no tener freno. Isabel cuenta que «es una pena, porque en las calles principales no queda prácticamente nada» y observa que en otras ciudades históricas no pasa esto. Cree que una, entre otros motivos, en algunos casos, no se aguanta al máximo. «Tienes que aguantar»
Reconoce que ha habido momentos duros, como la pandemia, y que hay temporadas altas y bajas, pero está muy «contenta» con su churrería, a la que, como es de esperar, vienes muchos ciudadanos de los de toda la vida.
Calle de Santo Tomé, 27.
5 Relojería Domínguez
Florentino Domínguez fue el fundador de la relojería Domínguez, ubicada en calle Hombre de Palo. Un hombre emprendedor y autodidacta, bisabuelo de Daniel Domínguez, el actual propietario del negocio.
Florentino enseñó e inculcó el oficio su hijo Eusebio, y este al padre de Daniel, José Carlos, quien hizo lo mismo con su hijo.
Si consideramos que, además, previamente a ser relojería, fue una lechería que llevaba Patricio, el bisabuelo de Daniel, nos remontamos, al menos, a finales del siglo XIX también para situar la antigüedad de este local.

Relojería Daniel Domínguez.
El pequeño y rebosante local, con infinitas variedades de relojes, cuenta con una clientela fiel pero siguen llegando nuevos clientes, según explica Daniel.
Calle Hombre de Palo, 4.
6 Casa Cuartero
Cinco generaciones llevan dando luz a uno de locales de alimentación más emblemáticos de la ciudad: Casa Cuartero.
También en la calle Hombre de Palo, Fernando Cuartero regenta este local, en el que tomó el relevo de su padre Florentino, y que fue fundado en el año 1920 por Mariano Cuartero. Más de un siglo en el que el negocio familiar, tal y como indica su página web, lleva dando servicio en el día a día a los ciudadanos, empezando como un sencillo local de alimentación y ahora es un referente gourmet, no solo de Toledo.

Casa Cuartero.
7 Ferretería Llaves & Llaves Cerrajería
Ana María regenta desde 2002 la ferretería abierta desde aproximadamente 1940, y ha sido conocida durante varias décadas como Ferretería de la calle de La Plata o del antiguo Sánchez Beato.
Cuando Ana María empezó a llevarla, pasó a denominarse Ferretería La Plata y ahora ya es Llaves y llaves cerrajería. Su socio Marco Antonio es el que lleva la parte de cerrajería.
Nos cuenta que el negocio ha ido evolucionando de acuerdo a las demandas del cliente y lo que ha ido necesitando, no se ha estancado. «Hemos ido adaptándonos a todos los tiempos y nos hemos ido sobreponiendo a todas las crisis. Esperamos seguir hasta los próximos 15 o 20 años».

Ana María, ante su ferretería «Llaves y llaves, cerrajería».
Es un local con mucha luz natural, debido a sus altos escaparates, en el que no tengan duda de que podrán ver cómodamente el trabajo de Ana Marí al hacer las copias de sus llaves
Calle de la Plata, 24.
8 Papelería Ortega
Rafa lleva actualmente la papelería Ortega, situada en la calle Comercio, tras haberla cogido de mano de su padre, Julio. Él es quien le enseño el oficio y el amor a esta actividad, actividad que fundaron sus abuelos, Domingo y Ángela, entre 1941 y 1942.

Imagen antigua e imagen actual de Ortega Papelería.
Rafa nos cuenta que durante estos más de 80 años de vida, el negocio nunca se ha movido de sitio, aunque, evidentemente, ha ido reformándose, eso sí, siempre manteniendo su esencia y eso que es difícil plasmar si no se siente en vivo: el acogedor olor de una pequeña tienda.
Actualmente, es el único pequeño local comercial anterior a mitad del siglo pasado que perdura con la misma actividad y de manera constante en esta principal calle.
Calle Comercio, 14.
9 Tapicería Antonio Izquierdo
En la calle Chapinería se encuentra la Tapicería Antonio Izquierdo, un local con un encanto especialísimo que ya atrapa a través de su singular puerta de entrada con un letrero digno de cuentos.

Interior de Tapicería Antonio Izquierdo.
Actualmente, es regentada por Patricia, quien heredó el negocio de su padre, Antonio. Este a su vez hizo lo propio respecto a su padre, también llamado Antonio y que abrió la tienda hace más de 50 años en esta ubicación, tras haber llevado otros locales en diversos puntos del Casco.
Calle Chapinería, 4.
10 Óptica Perea
Desde el 11 de febrero de 1941, en la calle Toledo Ohio lleva abierta Óptica Perea, hoy exclusivamente dedicada a ello, pero que anteriormente funcionaba también como relojería y joyería.
Fue fundada por Nazario Perea y desde entonces la ha seguido llevando la familia. Esta, actualmente, sigue siendo la propietaria, aunque hay una persona contratada desde hace años que es la que atiende al público.

Óptica M. Perea.
Es un local pequeñito y acogedor, a través del cual se puede acceder a lo que era la vivienda familiar, y en el que se pueden ver cientos de gafas con todas sus modalidades.
Calle Toledo Ohio, 4.
11 Frutos secos San Valentín
Valentín, tras trabajar muchos años trabajando en la tienda de chucherías de la calle Tornerías, se hizo cargo de la misma, sin variar su estética ni su tipo de servicio. Frutos secos San Valentín es la tienda de golosinas por excelencia típica.

Frutos secos San Valentín.
El local lleva abierto más de 70 años y siempre ha sido una referencia para los más pequeños (y también para muchos grandes) que miraban, y miran, ensimismados, su entrañable y carismático escaparate, desbordante de caramelos, además de sus variadas vitrinas interiores, en las que también hay lugar para sencillos y pequeños juguetes.
Calle Tornerías, 20.