Francisco Martín Sánchez es suboficial del Servicio de Extinción de Incendios y Salvamento del Ayuntamiento de Toledo. Probablemente, si llevan unos cuantos años viviendo en la ciudad, le conocerán sencillamente por Fran y no les sorprenderá que sea el bombero más veterano del mítico parque.
Este madrileño, de Villaverde Alto, aterrizó en el cuerpo de Bomberos el 1 de marzo de 1988 y desde entonces no ha dejado, al igual que sus compañeros, de proteger a los ciudadanos que se han visto afectados, nos solo por incendios, sino por accidentes o situaciones de emeregencia de todo tipo.
Recibe a Encastillalamancha.es para una conversación marcada por el recuerdo de su compañero y amigo recientemente fallecido Javier López Delgado (y a quien dedica esta entrevista). En la charla, atrae de él la vehemencia, calma y claridad con la que habla de una profesión para la que, recalca, hay que tener una «abnegación» total por la ayuda a los demás.
Fran cuenta que el «bomberismo (como llama a la vocación de bombero)» le entró por las venas siendo niño a través de su tío Ángel, deportista (futbolista del Getafe) y conductor del Ayuntamiento de Madrid, y que acabó siendo bombero. «Los primeros cubos de agua que me tiraron fue en su parque. Entre eso y las sirenas, me entró la vocación».
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La trascendencia de este trabajo
Recuerda que su «padre en Bomberos», Carlos Garrido, su cabo entonces, y ya fallecido, le dio un consejo, al poco de empezar, para cuando tuviera que intervenir en un accidente: «No te preocupes. No mires a la persona, mira la situación y las herramientas, que ahí estaremos».
Al poco de recibir este consejo, un camión en la actual plaza de Cabrahigos (entonces no había glorieta), hizo un cambio brusco de sentido y atropelló a una niña de 4 añitos y a su tía. «Las pasó por encima con las ruedas gemelas. Y a la media hora estábamos levantando las masas encefálicas con guantes de látex que nos dejaron los de la funeraria», narra.
«Me impactó mucho ver a todos mis compañeros llorar; yo estaba en shock, la verdad, aunque aguanté bien la situación. Incluso el mismo bombero que me había dicho un poco antes que yo estuviera tranquilo, estaba ahora envuelto en lágrimas porque tenía un hijo de la misma edad de la pequeña fallecida. Ahí me di cuenta de la trascendencia de este trabajo. Pasas de 0 a 100″
«Así, para que se me quitara la tontería ya y tener muy claro que tipo de trabajo era este».
«¡Hostias!, que lo mismo el compañero que baja, ahí se queda»
Un rescate muy sonado que también viene a la memoria de Fran fue hace años, sin los medios de ahora, en una finca del municipio de Bargas. También fueron una mujer y su sobrina las víctimas. Cayeron en un pozo de 55 metros al romperse el brocal. «Fue un servicio muy atípico, no podíamos bajar con equipo de protección respiratoria (duran 20 minutos) y Javi (que iba de número 1 se bajó) se tiró 45 minutos. No podíamos ver si había oxígeno».
Con una serie de claves, y pegando tirones de una cuerda accesoria, se fueron comunicando y así pudieron bajar más compañeros. Al final, «Javi se amarró a la niña y a la tía, que, evidentemente, estaban sin vida». Fue muy impactante para él. Tenían que haberle condecorado o algo…», lamenta Fran recordando a su amigo.
Y durante aquel difícil rescate, fue cuando Fran tomó conciencia absoluta y pensó: «¡Hostias!, que lo mismo el compañero que baja, ahí se queda».
«Has salvado una vida y eso es muy gratificante»
Como momentos felices, que también ha habido muchos, recuerda uno sucedido hace unas semanas. «Iba dando la vuelta al Valle con mi esposa, y una mujer cayó de un pretil a una zona de rescate muy absurda», extraña, no se explica cómo pudo acabar ahí. Y Fran no lo dudó y bajó como pudo hacia donde estaba para sujetarla. «Estuve aguantando la situación 12 minutos para que no se precipitara» hasta que llegaron sus compañeros.
«Has salvado una vida y eso es muy gratificante», reflexiona con cierta emoción. Días después, fueron al parque de Bomberos la mujer y su hijo a darle las gracias.

Fran, junto Inés (la mujer a la que salvó la vida hace poco) y el hijo de esta. Foto: Bomberos de Toledo.
También se muestra satisfecho por cómo ha evolucionado la profesión. «Actualmente, en el servicio a nivel técnico estamos en notable o sobresaliente«. No solo en el material son las mejoras, sino también «en revisiones, protocolos, maniobras diarias… Y estamos unificados en todos los procedimientos de rescates, incendios; innovando constantemente. La situación ha cambiado mucho, para bien».
A este afamado bombero le «sorprende la vocación y la preparación que tienen ahora nada más entrar los jóvenes; antes la tenías que adquirir una vez que entrabas». Explica que cuando él empezó el perfil era más físico, y ahora va más allá, es también muy técnico.
«Nuestra guerra es que aumenten las plantillas»
No olvida que, hace muchos años, un político le dijo que «los Bomberos no dábamos votos, pero sí los quitábamos». Y Fran no sabe si esa es la razón, o no, de que echen en falta tener más reconocimiento a nivel nacional político desde siempre. «Por una serie de circunstancias, no nos sentimos muy valorados por las instituciones. Por la ciudadanía, sí. Hay una reciprocidad en la prestación y el cariño dado».
Explica que hay «compañeros muy preparados, que aquí pierden dinero, pero el bomberismo, la vocación, hace que quieran estar así. Y eso lo ven los ciudadanos».
A nivel general, en todos los parques, lo que se demanda es más dotación de personal. «El fuego hay que apagarlo en los primeros momentos. Si hay pocos bomberos en el inicio, el fuego se nos va a ir de las manos. «Nuestra guerra es que aumenten las plantillas».
Lo que tiene claro es que «somos un cuerpo unido, pertenezcamos a diferentes de servicios (hay que tener en cuenta que solo en la provincia de Toledo hay tres: Ayuntamiento de Toledo, Consorcio de Toledo y Ocaña). «Sin ser un cuerpo nacional, estamos muy coordinados», explica, matizando como se logró sacar adelante la Plataforma Unitaria de la Jubilación y, más recientemente, la conocida como Ley del Fuego.
«El fuego hay que apagarlo al principio… Si hay pocos bomberos, se nos va a ir de las manos”
Algunos consejos de un bombero experimentado
Para Fran es fundamental que los ciudadanos tengamos un extintor dentro de las viviendas. Además, ahora hay unos ahora que no general tanto polvo como antes», lo que hacía que había que abandonar pronto el lugar del fuego aunque se hubiese apagado, ya que se creaba una atmósfera irrespirable. «Puede salvar vidas», sentencia.
También aconseja, valorando las forma en la que se producen gran parte de estos incendios en casas, tener la tapa de sartén a mano, para sofocar cuando haya una pequeña deflagración«.
«Los extintores de CO2 deberían estar más a mano en los hospitales o en muchos lugares públicos». Le sorprende esta situación en centros sanitarios a los que ha acudido recientemente.
Por último, también tiene un consejo importante para los jóvenes que quieran ser bomberos: «Pasaos por el Parque de Bomberos, aquí estaremos gustosos en atenderos» y «olvidad las academias virtuales, hay muchas estafas». Lo que explica que hay que hacer es «preparar una oposición en una academia y, cuando salga la convocatoria pública, te presentas. No hay otra».

Fran, en el Parque de Bomberos de Toledo. Foto: Rebeca Arango.
«En mi trayectoria profesional, creo que lo he dado todo»
37 largos años han dado para mucho en una profesión tan intensa y sacrificada, en la que, como ha contado, ha habido momentos buenos y malos. Haciendo balance, se muestra contento: «en mi trayectoria profesional, creo que lo he dado todo». Pero ahora lleva una gran espina dentro con la pérdida de una de las personas más importantes de su vida, dice con dolor. Tristemente, damos fe de ello.
«Gracias a la ciudadanía, por esa respuesta de cariño. También por dejarme trabajar en su tierra, siendo madrileño», concluye con la humildad propia de quiénes entregan de corazón su vida a salvar las de los demás.

Fran, junto con dos compañeros.

Fran, en una imagen de un calendario protagonizado por los Bomberos de Toledo.