A principios de los años 70 nació unos de los barrios más populares de Toledo, Santa María de Benquerencia, más conocido como «el Polígono«, por su importante zona de naves industriales. Y, como no, también surgieron los pequeños comercios que darían servicios a los vecinos.
Actualmente, más de 20.000 habitantes dan vida a sus calles, pero como, ha pasado en tantas ciudades, la mayoría de esas pequeñas tiendas iniciales han ido desapareciendo. No obstante, hay algunos de aquellos comercios que sí han supervivido. Nos acercamos a cinco de ellos.
Fotos | Cinco pequeños comercios del Polígono de Toledo que vencen al paso del tiempo
Comercios de toda la vida en Toledo
1 Marquetería Deblan
El amable matrimonio formado por Demetrio Gutiérrez Pintado y Blanca Gálvez Solano fundaron en 1982 la marquetería Deblan (fusión de las primeras sílabas de sus nombres). «Estábamos en medio del campo», nos cuenta Blanca, y es que «no había nada, fue una apuesta muy grande», explica satisfecho Demetrio, quién nos indica que al principio en el establecimiento vendían más cosas, destinadas al concepto de regalo, pero, al final se fueron quedando en cuadro, que es su gran especialidad.
«Taller y tienda en el mismo sitio creo que no lo hay», apunta Demetrio, que ya lleva unos cuantos años jubilado, y explica que «aquí vienes a por un cuadro y te lo puedes llevar prácticamente en el momento», por lo que es un servicio no estandarizado (al contrario de lo que puede pasar en centros comerciales o en tiendas franquiciadas).

Demetrio y Blanca (en el centro), junto con sus hijos Javier y Samuel. Foto: Rebeca Arango.
Y es que «el cuadro a medida no lo tienes en todos los lados. No lo encuentras. Y aquí tenemos un muestrario extenso y ofrecemos rapidez y experiencia».
Javier y Samuel, los hijos del matrimonio, son quienes llevan ahora el establecimiento junto a Blanca, quien afirma con rotundidad, a sus 73 años, que no tiene idea de jubilarse, ya que «ayudo a mis hijos, pero también me ayudo a mí misma. Quiero seguir».
Respecto a cómo ha cambiado el público, Blanca cuenta con entusiasmo que «no notamos nada, siempre hemos tenido clientela y así seguimos», de hecho «hay mucha gente que te dice: ¡Qué bonito lo cercano! El trato personal es muy importante».
Avenida del Río Boladiez, 49.
2 Ferretería Las Torres
Antonio Aguilera Cano es el gerente de Ferretería Las Torres, negocio que montó en 1975 junto con otro socio, y también amigo, Vicente González Muñoz. Luego le compró su parte y desde entonces hasta ahora pilota solo el timón, junto a su equipo de trabajadores.
«Esto es una ferretería de barrio, pero vendemos también a centros oficiales, colegios…», aunque esto «ha cambiado. No podemos competir con Amazon, competidores. Solo vendemos cosas que no se pueden vender en la web», explica, este emprendedor nato.

Antonio Aguilera Cano. Foto: Rebeca Arango.
No obstante, se muestra muy satisfecho, ya que «el 90% de sus clientes son fieles»
Río Alberche, 50.
3 «El Dedal de las Hadas»
Belén Sánchez regenta desde hace 11 años la mercería «El Dedal de las Hadas», una pequeña tienda en la que se respira un ambiente acogedor y que a muchos hace trasladar a la infancia.
Sus padres Jesús y Luisa abrieron este negocio hace casi 48 años, (1978-1979), en la calle Fuente Brava, 2, y a comienzos de los 90 se trasladaron a la ubicación actual.
«Antes la gente era más cercana. Ahora vienen más a por una cosa más concreta, y se dejan asesorar», explica Blanca, que sigue manteniendo mucha clientela de la de toda la vida.
Río Alberche, 60.

Mercería «El Dedal de Las Hadas». Foto: Rebeca Arango.
4 Samaranch
Isabel Samaranch regenta, junto con su hermano Jorge, uno de los negocios más antiguos del barrio, la conocida y consolidada textil «Samaranch», que fue creada por sus padres, Ramón y María Eugenia, por el año 79. Ellos entregaron toda su vida a trabajar en esta pequeña empresa, que, poco a poco, fue abriendo algunas tiendas en otros barrios de la ciudad.
Inicialmente, estaban en un local más pequeñito, pero Isabel solo recuerda la tienda donde está ahora.

Isabel, junto a Vicky, la trabajadora más veterana de la tienda de Samaranch en el Polígono. Foto: Rebeca Arango.
El comercio «ha cambiado a peor, antes no habías centros comerciales ni internet. Seguimos funcionando, sí, pero el pequeño negocio va a menos». De hecho, en vez de ampliar las oferta de sus productos, ahora, solo están centrados en los tejidos. «Antes teníamos ropa, más cositas», y actualmente su especialidad exclusiva está centrada en las telas y lo relacionado del hogar con ellas.
A pesar de estos matices, Isabel se muestra contenta con la gente que demanda los servicios del establecimiento. «Es gente del barrio, siempre vienen las mismas personas, las de siempre. Esos no nos fallan», y apunta que también ha venido gente nueva, a raíz de la puesta en funcionamiento del nuevo hospital de Toledo.
5 Farmacia Díaz García
María Irene Díaz Alonso, junto a su hermana María Letizia, lleva la farmacia Díaz García, que fue la primera del barrio y que fue fundada por su padre Juan Eugenio Díaz García, hace 50 años, en otra ubicación muy cercana.
Observa que el servicio ha cambiado, «con la receta electrónica» y que el tipo de demanda es más frío pero, desde luego, viene «gente nueva y también la gente de toda la vida».

María Irene, junto a Hugo, empleado veterano en la farmacia. Foto: Rebeca Arango.
Y se muestra «muy orgullosa de ser farmacéutica, de estar en el Polígono y de servirles».
Río Guadarrama, 24