La Confederación Hidrográfica del Guadiana (CHG) ha lanzado una campaña para alertar sobre la manipulación ilegal de contadores volumétricos en captaciones de aguas subterráneas en el Alto Guadiana, una práctica con la que se habrían extraído de forma irregular más de 1.200 millones de litros. La iniciativa, titulada «No es solo una trampa. Es un delito», se centra en advertir de las graves consecuencias de estas acciones y en promover un uso responsable del agua.
La CHG advierte de que esta manipulación permite multiplicar por cuatro o cinco el volumen de extracción autorizado, eludiendo el control administrativo. Según sus cálculos, la cantidad sustraída equivale a un consumo miles de veces superior al de un hogar medio, estimado en unos 500 litros diarios, en una zona donde los acuíferos están ya al límite de su capacidad.
Las inspecciones han detectado casos en Campo de Criptana, Daimiel, Alcázar de San Juan y Tomelloso (Ciudad Real), así como en Corral de Almaguer (Toledo), Villarrobledo (Albacete) y Las Pedroñeras (Cuenca), entre otros municipios.
La campaña se difundirá principalmente en radio y en prensa gráfica local y regional, y se dirige tanto a regantes como al conjunto de la población. El objetivo es disuadir a quienes incurren en prácticas fraudulentas, concienciar sobre el valor de este recurso y reconocer públicamente a las explotaciones agrícolas que hacen un uso responsable y sostenible del agua.
El organismo de cuenca recuerda que su servicio de vigilancia opera de forma continua y en coordinación con el Seprona de la Guardia Civil para controlar extracciones, detectar manipulaciones y sancionar a los infractores.
La CHG insiste en que el 85% de las masas de agua subterránea del Alto Guadiana está en mal estado global, una cifra muy superior a la media nacional (44%). Este grave desequilibrio, advierte, pone en riesgo ecosistemas como Las Tablas de Daimiel o Las Lagunas de Ruidera, y amenaza la viabilidad del regadío en una región de alta demanda agrícola, comprometiendo su futuro.
En este sentido, recalca que las extracciones para riego deben adaptarse a la capacidad real de recarga de los acuíferos para garantizar su preservación y la sostenibilidad del territorio.