El 10 de octubre del año 2011, una ciudad de Castilla-La Mancha inauguró una megaestructura arquitectónica que cruzaba el río más largo del país y que se alzó con varios records a nivel nacional, además de ser referente a nivel internacional.
La Ronda del Tajo de Talavera de la Reina (Toledo) estrenó ese día el puente atirantado más alto de España bajo la mirada de curiosos que se arremolinaban para ser los primeros en cruzarlo a pie, en coche o en bici.
El puente de Castilla-La Mancha, con sus 192 metros de altura, es a día de hoy el puente atirantado más alto de España y el segundo de Europa, después de Normandía.
Diseñado por el ingeniero Ramón Sánchez de León, del estudio Arquitectos Ingenieros Asociados, tiene 726 metros de longitud, 318 metros de luz que salta con un solo vano el brazo más ancho del río Tajo y un viaducto de acceso con una longitud de 408 metros, con dos vanos extremos de 36 metros y siete vanos centrales de 48 metros.
Además, tiene el récord del mundo en la tipología de puentes atirantados con un único mástil en hormigón pretensado de alta resistencia.
Polémicas: el puente del despilfarro
La infraestructura cambió el skyline de Talavera de la Reina, pero no estuvo exento de polémicas.
Primero por su enorme coste, casi 74 millones de euros de dinero público financiado por la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha presidida en ese momento por José María Barreda.
Sirve para comunicar con la variante desde la CM-4102 y completa la Circunvalación Sur, que alivia el tráfico urbano y desvía los vehículos, sin embargo, desde el principio se ha cuestionado si para cruzar el río Tajo era necesaria tan grandiosa infraestructura, que tuvo un sobrecoste del 28%.
Su inauguración estaba prevista para el 31 de mayo –Día de Castilla-La Mancha– de 2011, aunque finalmente se retrasó hasta octubre por cuestiones técnicas y electorales, según publicaron en su momento diferentes medios locales.
Las previsiones de tráfico que soportaría el puente eran de unos 3.000 vehículos al día, pudiendo aumentar la cifra hasta los 5.000 una vez la vía fuera más conocida, pero los datos de circulación se han quedado bastante por debajo.
Imán para arriesgadas ‘hazañas’
El puente de Castilla-La Mancha no es únicamente una megaobra de ingeniería civil, sino que se ha convertido en una atracción para jóvenes que, llegados de todas partes del continente Europeo, arriesgan sus vidas escalando a mano y sin ningún tipo de protección los 192 metros de alto con el objetivo de presumir en redes sociales.
Han sido varias las personas que han logrado llegar hasta la cima, temeraria aventura que está prohibida y por la que te puedes enfrentar a multas, sin embargo, no fue hasta octubre de 2024 cuando se lamentó la primera muerte por esta actividad.
Un joven inglés de 26 años se precipitó al vacío el 13 de octubre, falleciendo en el acto. Iba junto con otro chico, de 24 años, con la intención de crear contenido en redes sociales.
Un joven de 26 años cae al vacío y fallece mientras escalaba el puente atirantado de Talavera