La Colección Roberto Polo-Museo de Arte Contemporáneo de Castilla-La Mancha va a echar el cierre en sus dos sedes, tanto la de Toledo, ubicada en el Museo de Santa Fe, como en Cuenca, ubicado en la Iglesia de Santa Cruz.
El Gobierno de Castilla-La Mancha y el coleccionista Roberto Polo han roto de mutuo acuerdo el compromiso de cesión de las obras que había entre ambos, por lo que la colección se marchará de las dos capitales castellanomanchegas, por lo que el Ejecutivo que preside Emiliano García-Page ya está preparando nuevas propuestas para mantener abiertos esos espacios.
De hecho, según ha avanzado la consejera portavoz del Gobierno de Castilla-La Mancha, Esther Padilla, el presidente avanzará en las próximas semanas cuáles van a ser esas nuevas propuestas que mantendrán vivos esos espacios.
«No se podía avanzar más»
Sobre los motivos de esa rotura del acuerdo de cesión, Padilla ha explicado que «no se podía avanzar más y no aportaba mucho más que estuviesen esas colecciones» en Castilla-La Mancha, así que por ambas partes se ha optado porque pudiesen viajar a otras ciudades europeas para así en la región poder «abrir las puertas a otros proyectos que van a ser muy interesantes».
Sin fecha de cierre definitivo
De momento se desconoce hasta cuándo estarán abiertas estas colecciones en ambas ciudades, puesto que de momento Roberto Polo tiene que decidir dónde van a ir sus obras y, cuando esté decidido, habrá tres meses para el traslado de las mismas, un transporte en el que va a colaborar el Gobierno regional, según ha avanzado Padilla.
La Colección Roberto Polo abrió en Toledo en 2018, mientras que en Cuenca fue en 2020, aunque en la capital conquense nunca se llegó a materializar el gran espacio que se prometió cuando se alcanzó el acuerdo con el coleccionista. De hecho, la primera idea para albergar esta colección fue el Archivo Provincial, un enorme edificio que poblarían obras del coleccionista, pero que se quedó reducido a lo que en la actualidad es la exposición en la iglesia de Santa Cruz.
Ambas espacios, en Toledo y Cuenca, han tenido una buena aceptación de público en los años que llevan abiertas, dado que las han visitado más de 170.000 personas. En lo que va de año, unas 20.000 se han pasado por la sede de Toledo y unas 5.800 por la de Cuenca.