La Lonja Hortofrutícola de Castilla-La Mancha ha celebrado esta semana en Manzanares (Ciudad Real) la última sesión de la Mesa de Precios del melón y la sandía, poniendo fin a una campaña en la que las cotizaciones no han conseguido cubrir los costes de producción de los agricultores.
Durante la sesión, productores y comercializadores coincidieron en señalar que en esta campaña la oferta ha superado con creces a la demanda, lo que ha lastrado los precios en origen a pesar de la excelente calidad de los frutos.
Esta situación ha generado un importante malestar en el sector que venía de precios rentables en las dos campañas anteriores.
Costes de producción
Producir un kilo de sandía supone un coste aproximado de 0,34 €, mientras que en el caso del melón se eleva hasta los 0,40 €. Sin embargo, las cotizaciones de mercado se han situado muy por debajo de esas cifras, empujando a los agricultores a trabajar a pérdidas.
A ello se suma que una parte importante de la producción no ha podido comercializarse: se estima que alrededor de un 35% de la sandía y un 25% del melón podrían haberse quedado sin recoger en el campo.
Sandía
Los datos son especialmente preocupantes en el caso de la sandía. Con unas 3.400 hectáreas cultivadas en Castilla-La Mancha en el año 2024, y teniendo en cuenta un coste medio por hectárea de unos 17.000 euros, las pérdidas globales podrían superar los 100 millones de euros.
Además, se ha registrado un ligero incremento de superficie respecto al año anterior en el cultivo de sandía que puede oscilar sobre unas 400 hectáreas, lo que no ha servido para mejorar la rentabilidad de las explotaciones.
Las causas de este difícil escenario se atribuyen al inicio de la campaña, con el solapamiento con otras zonas productoras como Andalucía y Murcia, unido a la inestabilidad climatológica y a las dificultades en la exportación, factores que han agravado aún más la situación.
Los precios del melón y la sandía en Castilla-La Mancha no levantan cabeza
Mesa de Precios
La Mesa de Precios advierte de que esta coyuntura pone en riesgo la viabilidad de explotaciones familiares y de un cultivo emblemático de la región, que forma parte de la identidad agrícola de Castilla-La Mancha.
El balance de esta campaña 2025 refleja, en definitiva, que se han cumplido los peores augurios con los que se inició la recolección, lamentan.