Si en las próximas semanas tiene algún hueco sin ningún plan y te apetece hacer turismo, desde ENCLM te acercamos a tres municipios de la provincia de Toledo y a otros tres de la provincia de Guadalajara, que están a unos 100 kilómetros de Madrid, para que puedas ir a conocerlos en una visita de un día o más.
Pueblos de Toledo cercanos a Madrid
Ocaña
Ocaña se alza en la meseta en su propio territorio, La Mesa de Ocaña, que lo eleva de parajes, monumentos, cultura e historia. Pórtico de la Mancha, su urdimbre urbana atesora legados religiosos y civiles.
Nuestra Señora de la Asunción y San Juan Bautista custodian la mayoría de las imágenes y cofradías que dan reputación a su afamada Semana Santa, Fiesta de Interés Turístico Nacional.
Las obras civiles se esparcen entre sus calles y enaltecen la importancia que la actividad de la villa les confirió en su momento. Su monumental Plaza Mayor es una plaza-claustro regular, de estructura cerrada y sistema arquitectónico abovedado.

Plaza Mayor de Ocaña. Foto: Rebeca Arango.
La fachada principal corresponde a las Casas de Ayuntamiento, en cuya puerta principal se puede observar las armas de la Villa. Las obras de construcción comenzaron en el último tercio del siglo XVIII, culminándose la primera fase en 1791 bajo el reinado de Carlos IV.
Otra visita interesante es el Palacio de Cárdenas, Bien de Interés Cultural del siglo XV-XVI, fue mandado levantar por el ocañense don Gutierre de Cárdenas, caballero de Santiago, comendador mayor de León y Maestresala de la reina doña Isabel I, la Católica.
Carranque
Carranque, municipio y villa, está situado en la comarca de la Sagra. A pesar de ser un entorno rural, el pueblo no depende económicamente del sector primario, al que se dedica una minoría de la población a tiempo parcial, con cultivos como cereales, vid y olivo.
No puede olvidarse la importancia que tiene el Parque Arqueológico en el sector turístico, dando lugar a la creación de una gran gama de servicios asociados.
El Parque Arqueológico de Carranque, conocido arqueológicamente como el yacimiento de Santa María de Abajo de Carranque, este enclave surgió en un momento altoimperial como centro de explotación de los recursos agrícolas del entorno y que en época tardorromana se configuraba ya como importante centro de poder de un territorio aún por definir y caracterizar.
Tembleque
Tembleque es la estampa de villa manchega por antonomasia: el blanco de la cal reluce en sus fachadas y nos devuelve el sol en su reflejo más níveo.
Tesorero de una de la plazas más pintorescas y representativas, emblema del barroco popular del siglo XVII.
La Plaza Mayor se comunica con la Plaza del Orden a través de un pasadizo y en esta se alza la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, estilo gótico de transición. Otros monumentos religiosos engalanan Tembleque, como la ermita de la Purísima Concepción, la de Loreto o la de San Antón, pero destaca entre todos la bellísima ermita de la Vera de la Cruz, construida en 1762 con planta octogonal cubierta por una cúpula de ocho elementos curvos.

Plaza de Tembleque. Imagen: JCCM.
Entre las construcciones civiles, la Casa de las Torres (llamada así por las torres que enmarcan su frente) no pierde la blancura característica de Tembleque, que cubre la fachada entre las numerosas ventanas y la rica decoración de la puerta. La Casa de Postas mantiene la estética manchega y recuerda a las ventas tan típicas del territorio.
Pueblos de Guadalajara cercanos a Madrid
Brihuega
Brihuega se enclava en el valle del río Tajuña, arropada por la barranquera que lleva al río, la peñas del cauce balconean el terreno en desniveles y la sitúan en el verdor de la vega, con huertas y jardines que le han valido el nombre de Jardín de la Alcarria.
Sus monumentos religiosos nos adentran en los detalles del románico tardío y las distinciones del gótico a través de su periplo: Santa María de la Peña, San Miguel o San Felipe lo ilustran.
Entre los edificios civiles destacan del siglo XVIII el ayuntamiento y la cárcel, casonas renacentistas como las de los Gómez y otras en los barrios nuevos y San Juan. Pero sin duda el monumento civil por antonomasia es la Real Fabrica de Paños, eje de la actividad industrial de Brihuega, de un bellísimo concepto arquitectónico y para más simbolismo sus jardines de 1810 hacen honor al sobrenombre de esta villa.

Campo de Lavanda Foto: Turismo Brihuega
Una reja en la plaza nos conduce a las Cuevas Árabes, un laberinto de secretos caminos por distintas épocas, culturas y actividades en donde Brihuega susurra desde sus entrañas.
El Turismo Activo tiene una gran presencia en Brihuega. Bosques de encinas y quejigares y la agricultura de secano del páramo, las pequeñas huertas, los olivares y las plantas aromáticas, lavanda, espliego, romero, tomillo o salvia, de las cuestas y valles, que han proporcionado el asentamiento de colmenas para la producción de la miel.
Entre sus fiestas destaca el Encierro, Fiesta de Interés Turístico Regional, es uno de los más antiguos de España, de siglo XVI. Es un encierro peculiar ya que es celebrado en el campo.
Otra de las citas que no puedes perderte es el Festival de la Lavanda. Cada mes de julio desde 2015 los campos de la comarca de Brihuega se visten de morado e impregnan el aire con el aroma de Lavanda, un verdadero espectáculo que despierta los sentidos.
Hita
A lo largo de la dominación romana, Hita fue un privilegiado puesto de vigilancia, y durante la reconquista, zona de tránsito entre las dos Españas: la cristiana y la musulmana. Vivió su etapa de esplendor en la Edad Media, como punto de convivencia entre cristianos, judíos y musulmanes.
Su casco antiguo, de trazado medieval, fue declarado en 1965 conjunto histórico artístico. En el siglo XV, Hita alcanza su máximo esplendor de la mano del señor de la villa, el Marqués de Santillana, don Íñigo López de Mendoza, que mandó levantar la muralla de la que se conservan algunos tramos.
De los templos destacan las Ruinas de San Pedro, que hasta la guerra civil fue heredera de la de Santa María como iglesia principal. San Juan Bautista, muestra del gótico mudéjar, tiene a destacar la pila bautismal labrada en su basa, el bajo coro y las pinturas del Descendimiento de la Cruz del siglo XVII.

Hita (Guadalajara). Foto: Los Pueblos Más Bonitos de España
La arquitectura subterránea se mezcla con la cultura del vino y se halla imbricada con importancia de la comunidad judía. Las bodegas trazan bajo el casco histórico una ciudad oculta para atesorar los caldos en antiguas tinajas. En la falda del cerro la tierra vuelve a horadarse en casas cuevas, los bodegos, que conllevan parte de la peculiaridad de la villa.
Forma parte de la red Los pueblos más bonitos de España.
Pastrana
En la vega del río Arlés, entre el Tajo y el Tajuña, nos recibe la Villa Ducal de Pastrana. Sus múltiples muestras de patrimonio artístico y cultural le han otorgado el título de Conjunto Histórico Artístico.
Pastrana se enriquece con figuras y relatos literarios; así, sus conventos carmelitas fueron fundados por Santa Teresa y San Juan de la Cruz. Más tarde Moratín se instaló en la villa durante largas temporadas y, más cerca de nuestros días, Camilo José Cela la inmortalizó retratándola en su Viaje a la Alcarria.

Pastrana (Guadalajara). Foto: Los Pueblos Más Bonitos de España
La Plaza de la Hora está gobernada por el imponente Palacio Ducal, de estilo renacentista y con abundancia de elementos manieristas. Se conservan unos maravillosos artesonados igualmente diseñados por Alonso de Covarrubias, de estilo plateresco. Asimismo, destacan los zócalos de azulejería toledana de estilo mudéjar.
La iglesia de La Colegiata data del siglo XIV, con añadidos posteriores como su portada gótica del XV y la gran reforma del XVII que predomina en su actual estructura. Su interior alberga el magnífico Museo Parroquial, muy denso en contenido, destacando la colección de tapices góticos de Alfonso V de Portugal.
Entre sus fiestas destacan dos de Interés Turístico Provincial: Los Mayos y la Festividad Ducal.