El cuerpo de Antonio Famoso, un jubilado de 86 años natural de Malagón (Ciudad Real), ha sido hallado en avanzado estado de descomposición en su vivienda de la calle Luis Fenollet de Valencia, donde habría permanecido muerto al menos 15 años sin que nadie lo advirtiera. El descubrimiento se produjo el sábado por la tarde, cuando los bomberos accedieron al piso para resolver una filtración de agua provocada por las lluvias en la terraza del edificio.
Según publica El País en su edición de este lunes, dentro del domicilio, de unos 100 metros cuadrados, los agentes encontraron el cadáver momificado del anciano, vestido y rodeado de palomas muertas e insectos, en medio de un escenario de fuerte insalubridad. Según testimonios de Policía Local, recogidos por El País, no había signos de violencia, y la Policía Nacional, que ha asumido la investigación, maneja la hipótesis de una muerte natural.
La noticia señala que los vecinos no habían vuelto a verlo desde hace más de una década y pensaban que estaba en una residencia. Ninguno denunció su desaparición ni notó olores extraños, algo que los agentes atribuyen a que una ventana permanecía abierta, lo que permitió la ventilación del piso. “Era un hombre solitario, no se metía con nadie. Saludaba y seguía a lo suyo”, recordaba Rafael, un vecino del inmueble.
Antonio se había separado hace más de treinta años y no mantenía contacto con sus dos hijos ni con su exmujer. Tras esa ruptura, su vida se limitó al vecindario, el supermercado y el bar de la esquina. Según fuentes policiales, la familia tampoco denunció su ausencia.
Uno de los aspectos más llamativos del caso es que la cuenta bancaria del fallecido continuó activa, pagando los recibos de luz, agua y comunidad de vecinos. Tras acumular una deuda de 11.000 euros, sus fondos fueron embargados por el juzgado, lo que permitió que la comunidad siguiera cobrando durante años sin sospechar nada. Además, la Seguridad Social habría seguido abonando su pensión de jubilación todo este tiempo, ya que en España no se exige una fe de vida periódica para su cobro.
La historia de Antonio Famoso se ha convertido en un símbolo extremo de la soledad y el aislamiento en las grandes ciudades, donde un hombre pudo morir y permanecer olvidado durante 15 años sin que nadie lo echara de menos.